Rebatinga de tarifas arencelarias

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Puede ser inmadurez relacional. Un desequilibrio en la capacidad de discernimiento. Se elige la tensión conflictiva en lugar de la concordia y la armonía. La estridencia en lugar de la afinación. Lo que quiero ganar lo pierdo. Quiero mejoría empeorando.
Quiero ganar supremacía sobre ti y ambos perdemos la libertad de comercio con las pedradas arancelarias. Encadeno a otros para quedar encadenado.
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No es el inteligente: “no te cobró ni me cobres” para así lograr el “yo estoy bien y tú estás bien” del análisis transaccional. Se pasa de mayor producción para pagar deuda a deuda mayor con menos producción.
Se tacha lo humano en acuerdo para subrayar la mutua inhumanidad.
COBRANZAS CONTRA TRATADOS
Se enloquece la reciprocidad de beneficios por un golpear para ser golpeado. Cobrar mucho para que me obliguen a pagar lo mismo. Se cambia el saludo afectuoso de las manos por las vencidas que buscan doblegar al vecino y al lejano.
Los tratados de libre comercio entre las naciones es civilización en que se comparten gratuidades amistosas para bienestar común, así las compraventa mutua se convierte en ganancia recíproca. La rebatinga de tarifas arancelarias se convierte en canibalismo con tenedor, en salvajismo de fuerza sin derecho.
PICADURAS EN LUGAR DE MIEL
Encarecer trámites fronterizos para provocar inflación. Me hiero al herirte con espada sin empuñadura y te sigo hiriendo creyendo que eso me engrandece. Estoy endeudado y quiero acumular y me lanzo a buscar ingresos a como dé lugar. Intento llenar mi barril con tu agua y se vacía por los agujeros que abren tus represalias. Se mancha así la paz militar con las salpicaduras bélicas de un intentar tener para crecer. Se quiere miel golpeando el panal y se consiguen picaduras.
En esos casos se unen las sociedades afectadas y activan sus defensas y todo mundo aprende lo que no se debe hacer si se quiere prosperidad orgánica y no solo crecimiento tumoral.
CUARESMA VIGENTE
El ayuno se extiende a todo lo egoísta. La abstinencia estrena sabores vernáculos e invita a vitaminarse con vegetales.
La limosna se convierte en compasión, generosidad, solidaridad, compartimiento y fraternidad.
Los más auténticos viven un día de desierto y logran victorias sobre adicciones y desviaciones, renunciando y enderezando.
TÉ CON FE
-¿Se puede encontrar eso que llaman felicidad?
-Mira. La felicidad es una preciosa fragancia que no puedes derramar sobre los demás, sin que te caigan a ti mismo algunas gotas...