“Retrocede México en los rankings internacionales de desarrollo”
En las últimas décadas México ha retrocedido en los rankings internacionales de algunas de las principales medidas del desarrollo
En las últimas décadas México ha retrocedido en los rankings internacionales de algunas de las principales medidas del desarrollo, como son el PIB per cápita y el Índice de Desarrollo Humano. También se han estancado los salarios y la productividad de los trabajadores mexicanos.
En las últimas décadas nuestro país ha estado experimentando una caída importante en su grado de desarrollo en comparación con muchos otros países. Así lo refleja la caída de México en los rankings internacionales de algunas de las principales variables económicas y sociales, tales como el ingreso per cápita, los salarios promedio, el índice de Desarrollo Humano y otros indicadores.
Como se muestra en la Tabla 1, lejos de mejorar, hemos venido cayendo en el ranking internacional del PIB per cápita (medido en dólares internacionales constantes corregidos por paridad de poder de compra, PPC) desde 1980, del lugar 44 en ese año al lugar 75 en 2021, lo que representa una caída de 31 posiciones.
Algunos ejemplos de países que nos han rebasado en PIB per cápita en las últimas décadas incluyen a Corea del Sur, Chile, Malasia y Panamá (Gráfica 1).
Otro importante indicador en el que nuestro país ha retrocedido en su posición relativa con respecto al resto del mundo es el Índice de Desarrollo Humano. Este Índice fue desarrollado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y se calcula desde 1990 tomando en cuenta tres dimensiones fundamentales del desarrollo: una vida larga y saludable (medida por la esperanza de vida al nacer); educación (medida a través de un promedio de la escolaridad de los adultos mayores de 25 años y por los años esperados de escolaridad de los niños en edad de entrar a la escuela) y un nivel de vida decente (medido por el Ingreso Nacional Bruto per cápita).
Como se muestra en la Tabla 2, México ha sufrido un retroceso de 25 lugares en el ranking mundial del Índice de Desarrollo Humano en las últimas tres décadas, al caer del lugar 61 en 1990 al lugar 86 en 2021. De este retroceso, casi la mitad ocurrió en los últimos tres años, entre 2018 y 2021.
Cabe señalar que, debido a que estas cifras son posiciones relativas (rankings), no podemos atribuirlas a los efectos del COVID-19 en forma absoluta, a menos que nos refiramos a que el COVID-19 nos afectó más que a los demás países.
Otros importantes indicadores en los que nos hemos estancado son la productividad y los salarios. Como se muestra en la gráfica 2, la productividad por trabajador en México en 2021 fue menor a la de hace tres décadas. Destacan particularmente las caídas registradas en las crisis de 1995 y la reciente recesión de 2020 precipitada por los efectos del COVID-19. También vale la pena señalar que la disminución de la productividad por trabajador en entre 2019 y 2021 (5.6 %) fue ligeramente mayor que la caída correspondiente en la recesión de 2009 (5.5 %) y solo menor a la de 1995 (6 %) en todo el período.
Reflejando en parte el estancamiento de la productividad en las últimas tres décadas, la Gráfica 3 muestra el correspondiente estancamiento del salario promedio en el país.
En comparación con los países integrantes de la OCDE, México tiene el menor salario entre todos estos países y representa solamente un quinto del prevaleciente en Estados Unidos. Asimismo, vale la pena destacar que en las últimas tres décadas, mientras que el PIB per cápita ha crecido 22 %, el salario promedio prácticamente no ha crecido (solo 0.5 % en todo el período). Es verdad que este último cayó significativamente (casi 9 %) en 2020 y 2021 en parte debido a la recesión provocada en parte por el COVID-19, pero el hecho es que esta es la lamentable situación actual de los salarios en México, la cual impacta negativamente la pobreza laboral (ver https://vanguardia.com.mx/opinion/los-trabajadores-pobres-en-mexico-CF3997136) y el bienestar de los asalariados en general.
Los indicadores mencionados en los párrafos precedentes son solo algunos de los indicadores de desarrollo en los que el país se ha rezagado contra el resto del mundo en las últimas décadas, como se muestra en los rankings internacionales. Desafortunadamente, lo mismo ha ocurrido, por ejemplo, con otros indicadores, como son los de pobreza, desnutrición, competitividad y otras importantes variables no analizadas en este artículo. Por ello, se vuelve indispensable que el país retome el camino para volver a crecer y desarrollarse y así mejorar sustancialmente el bienestar de los mexicanos.