Revocar la revocación
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En los próximos días saldrá a la circulación el segundo libro escrito por Andrés Manuel López Obrador siendo presidente de la República, con el título “A la Mitad del Camino”, el cual consta de cuatro capítulos: El primero es “El presente”, el que estamos ahora viviendo. El segundo trata sobre Política Exterior, “El respeto al derecho ajeno es la paz”. El tercero está dedicado a los opositores, “No se van a aburrir, ¡eh!” y el cuarto es “El porvenir”.
Con respecto al tercer capítulo, AMLO ya le había anticipado a sus adversarios que no habrían de aburrirse, y cómo hacerlo con tantas modalidades introducidas por la Cuarta Transformación, como el acudir reiteradamente a las urnas, ahora la convocatoria se dirige a ejercer la “revocación de mandato”, consistente en confirmar justo a mitad del camino si estamos de acuerdo con que el Presidente concluya los seis años por los que 30.1 millones de ciudadanos le otorgaron su mandato constitucional. O sea, votaremos para saber si estamos de acuerdo con que se cumpla con lo que ya votamos. En el remoto caso de que se alcance 40 por ciento de votos y la mayoría se haya inclinado por que el Presidente se vaya a su rancho, ¿AMLO dócilmente acataría la voluntad del pueblo sabio y claudicaría del momento estelar que vivimos, sin supervisar la conclusión de las magnas obras sexenales programadas para ser concluidas en la parte complementaria del sexenio? Y entonces, ¿entraremos al entramado de elecciones en las que el pueblo es reemplazado por la voluntad del Congreso que conferiría el poder a algún sustituto cuya visión de gobierno podría diferir de la del Presidente electo democráticamente en las urnas para un periodo definido a partir de diciembre de 2018? Además y por allí podríamos haber empezado, la reforma de revocación de mandato aludida, publicada en 2019, contraviene el Artículo 14 constitucional: “A ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna”. Más de 30 millones otorgaron su voto a Andrés Manuel López Obrador para ser Presidente de la República por un periodo sexenal, sin contemplar que su mandato pudiera ser revocado.
Ejercicios populistas de revocación de mandato se llevaron a cabo en la Venezuela de Hugo Chávez en 2004 y en la Bolivia de Evo Morales en 2008, éstos tienen como cometido el refrendar en la retentiva colectiva la imagen del líder querido y admirado.
AMLO solicita el voto ya obtenido tres años atrás, ese ya lo tiene, el voto que no tiene es precisamente el que ni quiere y a nadie conviene, el de revocación de mandato.