Saltillo: Las nieves del siglo, Nieves Ramos 1925-2025
Nieves Ramos, negocio 100 por ciento saltillense está cumpliendo un siglo de actividad constante. La señorita Rosy Ramos, hija del fundador de la empresa, accedió a platicar para VANGUARDIA. Aquí los puntos importantes de la entrevista.
Los orígenes: La abuelita Tranquilina Mendoza, originaria del Potrero, en el estado de San Luis Potosí, fue una india, que casó con un español rubio de ojos azules, y por circunstancias diversas, ella con sus hijos se trasladó a Saltillo, quedando su marido en la mina de ese estado donde falleció años después. Ya en esta ciudad, la familia, que cambió el apellido original que era Meléndez por el de Ramos, se estableció en el barrio del Águila de Oro. Uno de sus hijos fue don Víctor Ramos.
TE PUEDE INTERESAR: A pasar al pizarrón: ¿Qué tanto sabes de la historia popular de Coahuila?
Su esposa María le dio diez hijos: Miguel, Gonzalo, Alfonso (+), Víctor, Olivia, Ángeles, Guillermina, Lourdes, Esperanza y Rosy. La familia adoptó a Mónica. Todos los hijos han seguido en el negocio, y ahora también los sobrinos y los nietos, logrando tener en operación alrededor de 40 puntos de venta en la ciudad, más uno en Ramos Arizpe.
Don Víctor comenzó de niño a trabajar vendiendo dulces y chicles; había gran necesidad económica en la familia, al grado, que él andaba descalzo. Luego de varios años, comenzó el negocio de la nieve, iniciando la jornada a las seis de la mañana con la fabricación de los conos, para después ir por la leche bronca, la fruta, el hielo y la sal entera. Ya reunidos los ingredientes, iniciaba el batido a mano en las barricas de madera, hasta lograr el punto de congelación para salir a vender cerca de las cuatro de la tarde, hasta la medianoche.
La venta la hacía en su carrito de madera, con capacidad para cuatro barricas de nieva, impulsado por la burrita Reynalda, y las dos lámparas de gas, que sus hijas limpiaban y rellenaban todas las mañanas. El cuadro básico de Nieves Ramos, se ha mantenido desde un principio y consiste en las siguientes presentaciones: mango, melón, fresa, coco, nuez, vainilla y limón, siendo esta última, la única elaborada con agua. Esta es la oferta de la empresa, la cual mantiene precios accesibles. Señala Rosy que al principio, debían batir a mano los ingredientes en las barricas durante horas hasta lograr la consistencia requerida. Con el tiempo, uno de sus hermanos incorporó maquinaria para agilizar el proceso, inventando también las canastitas de harina donde sirven la nieve.
Don Víctor hizo su casa en la Provivienda, donde todavía se elabora la nieve. En el invierno, vendía dulces, cigarros y chicles, en dos vitrinas que desplegaba en la esquina de Allende y Pérez Treviño, en el Mercado Juárez, a donde sus hijas le llevaban el lonche. Murió de un infarto en una edad cercana a los 70 años, luego de una fecunda y larga vida de trabajo constante. La receta de las nieves, sólo la conocen ellos, que lograron registrar la marca, y algo de gran importancia: la calidad la han mantenido siempre. En invierno, unos continúan ejerciendo sus profesiones, otros venden tamales, dulces, etc.
Alfonso, el hermano fallecido, tuvo un sueño: que la familia regalaba nieve a los saltillenses en la Plaza de Armas. Ellos lo hicieron durante varios años en la Plaza de las Ciudades Hermanas y ahora, al cumplirse los 100 años, planean un festejo en el Bosque Urbano para el próximo dos de agosto, regalando nieve, con la participación de grupos musicales y la visita de familiares de Estados Unidos.
TE PUEDE INTERESAR: AHMSA, agua y aranceles: a Coahuila le urge una barrida de pirul
El que un negocio saltillense esté cumpliendo un siglo de actividad ininterrumpida es digno de celebración y reconocimiento, por ello, Nieves Ramos, debiera ser considerada para la Presea Saltillo en el próximo año, pues la convocatoria para 2025 está cerrada. Tanto la Presidencia Municipal como los organismos empresariales de la ciudad deben rendirle un merecido homenaje a esta emblemática empresa. Enhorabuena y felicidades a la gran familia Ramos.