Saltillo: Transporte público, ¿ahora sí se transformará?

Opinión
/ 9 abril 2025

El establecimiento de dos rutas troncales gratuitas en la ciudad constituye el avance más importante, anunciado en décadas, en materia de movilidad urbana en Saltillo

El alcalde de Saltillo, Javier Díaz, realizó ayer el que bien puede calificarse como el anuncio más relevante realizado en décadas en relación con el sistema de transporte público de la ciudad: la puesta en marcha de dos líneas troncales gratuitas a partir del segundo semestre del año.

¿Por qué puede calificarse así este anuncio? La respuesta es simple: porque rema en el único sentido que, en el mediano y largo plazos, puede ofrecer a los saltillenses un sistema de transporte público moderno, seguro, asequible y digno, y ese es el que sea público, es decir, financiado con recursos públicos.

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Y es que solamente de esta forma es posible modificar el paradigma a partir del cual ha funcionado hasta ahora dicho sistema: el de generar ganancias económicas para quienes son sus concesionarios.

¿Cuál es el paradigma correcto? El de concebir el sistema como uno orientado a garantizar el derecho de las personas a la movilidad, lo cual resulta incompatible con la idea de asegurar ganancias económicas, pues no existe en el mundo un modelo capaz de conciliar ambas visiones.

Durante mucho tiempo, conviene decirlo con toda claridad, los gobiernos de todos los signos ideológicos “le han sacado la vuelta” a dicha realidad y han diferido la toma de decisiones como la anunciada ayer: la única forma de contar con un sistema de transporte a la altura de las necesidades de la población es inyectarle dinero público.

No está mal, y eso debe decirse también, que quienes han sido históricamente concesionarios del servicio persigan la rentabilidad de sus empresas −aunque no se les haya llamado así nunca−: quien invierte su dinero en una actividad económica tiene derecho, sin duda, a perseguir la rentabilidad, pues sería contrario a la lógica el operar con pérdidas.

Lo que ha estado mal en este esquema es el diseño original y la persistencia en la idea de que un sistema de transporte digno puede financiarse únicamente a partir del pago del pasaje por parte de sus usuarios. No hace falta argumentar mucho para dejar claro que tal idea ha fracasado de forma estrepitosa. En nuestra ciudad y en cualquier otra donde se haya probado.

La característica más interesante del esquema −y también la que entraña el mayor riesgo− es el hecho de que el uso de las referidas líneas será “gratuito”. Habrá que tener cuidado en dejar claro que gratuito no significa que no cueste, por eso tal hecho tendría que quedar muy claro desde el principio.

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Nada de malo hay en que quienes utilizarán las 30 unidades, que en el momento inicial se planea poner en circulación, no paguen por el servicio. Sin embargo, será relevante que todo mundo tenga claro el costo presupuestal que dicho proyecto implicará, entre otras razones, para que asumamos la parte de responsabilidad que nos toca en la preservación del sistema.

Saludemos pues la noticia que ha sido revelada por el Gobierno Municipal de Saltillo y dispongámonos a contribuir a que este primer paso relevante, que se está dando en la dirección correcta, se convierta en una caminata sin retorno hacia la consolidación de un sistema público de transporte a la altura de la ciudad más competitiva del país.

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