Santos inquisidores del siglo XXI
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Plácido Garza detona una analogía entre la obra de Gabriela Riveros, “Olvídate del fuego”, y los autonombrados torquemadas, que mandan a la “hoguera” a quienes no comulgan con sus ideas políticas y religiosas
Les platico:
Hasta la pequeña esquina de mi mundo se acercan algunos a preguntarme cómo se me ocurren los temas de mis artículos.
Creo que en realidad quieren saber por qué a ellos no se les ocurren.
Uno de esos temas es la censura que aplican los “administradores” de ciertos chats, uno de ellos llamado “grillo ciudadano”, ocultando los mensajes que se salen de su línea.
Se vanaglorian de la libertad de expresión que existe en México, pero la coartan arteramente, borrando mensajes y expulsando a los miembros que cometen la herejía de criticar las ideas y los personajes que ellos defienden y promueven.
Con motivo del 428 aniversario de la fundación de Monterrey, en septiembre del año pasado fue escenificada en Monterrey una estupenda obra de Gabriela Riveros, dirigida por el dramaturgo Hernán Galindo.
Su nombre encierra toda la trama: “Olvídate del fuego” y a través de recursos multiescénicos saca a la luz una historia que fue silenciada durante cuatro siglos.
Trata del éxodo sefardi de España y Portugal, y de los esfuerzos de una familia para sobrevivir a migraciones, epidemias, huracanes, guerras, intolerancia, torturas, intrigas políticas y traiciones.
Gabriela nos lleva a 1596, año en que en medio de un espectáculo atroz presenciado por miles de personas en la Alameda Central de la Ciudad de México, el joven poeta, comerciante y líder religioso Luis de Carvajal, tras ser perseguido y torturado, fue quemado en la hoguera junto con su madre, dos de sus hermanas y cinco miembros de su comunidad, condenados por la Inquisición de ser herejes judaizantes.
En esa obra somos testigos de su resistencia heroica y clandestina.
Presenciamos a hombres y mujeres que dieron la vida por el derecho a la libertad de pensamiento, de expresión y de credo religioso.
De Europa a Nueva España, de Africa a Asia, sus protagonistas custodian un secreto ancestral, asediados por un entorno político en donde la diversidad cultural no solo fue considerada pecado, sino delito de Estado.
Gabriela y Hernán recuperan la historia de una comunidad enraizada a lo largo de todo el continente, cuya cultura, conocimientos y actividades comerciales han sido fundamentales para la conformación del mundo contemporáneo.
Nos remite a la posibilidad de encontrarnos cinco siglos después con los autonombrados torquemadas o santos inquisidores, que coartan la libertad de expresión en sus deshilachados chats.
Platiqué con uno de esos censores y me dijo que dicho chat tiene mucha diversidad.
No es cierto, lo que tiene es mucha imbecilidad por parte de sus administradores.
Cajón de Sastre:
- Esos tipos critican lo que no entienden. Al censurar, tienen miedo de que ideas diferentes a las suyas, encuentren eco en sus comunidades.
- Mañana, cambio completo de programa, sin faltar el Incomparable Iván y toda la Compañía.