Sobrerrepresentación: ¿nueva ‘trampa’ de la democracia?

Opinión
/ 7 junio 2024
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La discusión provocada por la excesiva sobrerrepresentación a la cual aspiran Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados es una de la mayor trascedencia de cara al futuro

El debate más relevante que han generado los resultados electorales del domingo anterior es el relativo a la forma en la cual la coalición ganadora de los comicios, encabezada por Morena, podría estar burlando la ley para obtener muchos más diputados de los que corresponden a los votos que recibieron de la ciudadanía.

Como lo informamos en esta edición, Morena, PT y Partido Verde obtuvieron, en conjunto, el 54 por ciento de los votos y, de acuerdo con las reglas electorales deberían obtener un número equivalente de asientos en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, es decir, 270.

Sin embargo, debido a una operación de “trasvase” de candidaturas, consistente en registrar a militantes de Morena bajo las siglas del PT y el Verde, las proyecciones de la futura integración de la Cámara indican que la coalición oficialista puede obtener hasta 365 asientos.

Los números son bastante simples de explicar y un caso sirve bien para ejemplificar el problema: el Partido Verde, de acuerdo con el PREP, obtuvo solo el 8 por ciento de los votos pero, a pesar de eso, lograría tener una bancada de 74 integrantes, lo cual representa casi el 15 por ciento de los asientos en la Cámara de Diputados.

Por su parte, el Partido Acción Nacional, que obtuvo el 17 por ciento de los votos, es decir, más del doble que el Verde, aspiraría a contar con una bancada de apenas 72 integrantes. ¿Cómo se explican estas disparidades en un cuerpo legislativo que tiene 500 asientos y en teoría permitiría que la proporción de curules de cada partido fuera exactamente igual al porcentaje de votos obtenido en las urnas?

La explicación es bastante simple: porque al firmar el convenio de coalición, las dirigencias del PT y el Verde pactaron que un importante número de triunfos de mayoría se les asignaran a ellos, aunque realmente no se trate de militantes de sus partidos sino de Morena.

De esta forma, la coalición opositora (PAN, PRI y PRD), aunque obtuvo el 31 por ciento de los votos y por ello debieran corresponderle 155 diputados, en este momento aspira solamente a 111. Algo similar ocurre con Movimiento Ciudadano que, con 11 por ciento de los votos, debería acceder a 55 bancas pero se proyecta que solamente reciba 27.

Habrá quien diga que las reglas de distribución de curules estaban definidas desde antes, que la oposición “las consintió” y por ello no hay nada que hacer. Sin embargo, dado que no estamos ante un asunto trivial sino un hecho trascendente para la vida pública del país resulta indispensable que la discusión al respecto se profundice.

No se trata de un hecho anecdótico sino de la diferencia entre integrar el órgano legislativo con acuerdo a la voluntad dela sociedad mexicana o permitir el surgimiento de una mayoría artificial que, sin contar con la legitimidad necesaria, usurpe el mandato popular para hacer avanzar su agenda de espaldas al electorado.

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