En su discurso de toma de posesión, la nueva Presidenta dedicó poco espacio a la seguridad donde se está dando un viraje en la estrategia: se fortalecerá la fórmula civilista para crear un contrapeso al militarismo; un hecho descrito en el Inventario Nacional de lo Militarizado (abril de 2024) elaborado por el Programa de Política de Drogas, México Unido Contra la Delincuencia e Intersecta.
Por lo sensible del tema, es natural que sea una tesis implícita en el documento “Los primeros 100 días del programa de seguridad”. El documento −firmado por Sedena, Marina y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC)− empezó a circular hace días en chats de especialistas. Si lo utilizo es porque el diputado Ricardo Monreal lo autentificó en un artículo editorial.
En “Los primeros 100 días” es evidente la intención de equilibrar la fuerza militar fortaleciendo a las instituciones civiles de seguridad federales, en particular a la SSPC que moderará las reuniones diarias del Gabinete de Seguridad Nacional que coordinará a las instituciones y tendrá, como nueva facultad, la ratificación de los titulares de las 32 secretarías de seguridad estatales. Con ello se acota a los gobernadores reacios a comprometerse en el combate a la delincuencia.
Otra de las grandes apuestas de la SSPC está en el incremento de su capacidad de recuperar información para transformarla en inteligencia estratégica, operativa y táctica. Son civiles quienes dirigen a partir de este mes al Centro Nacional de Inteligencia (CNI), a la Plataforma México creada por el innombrable Genaro García Luna y al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) fundado por Ernesto Zedillo. Es una forma de poner contrapesos a las fuerzas armadas y a la Guardia Nacional (GN) que ahora monopolizan el uso de la fuerza.
Los primeros 100 días también enumera los puntos de la geografía que recibirán atención prioritaria. Aparecen cinco estados (Guanajuato, Baja California, Chihuahua, Guerrero y Jalisco), el descontrolado Chiapas y la región limonera de Michoacán. También seleccionaron seis municipios: Tijuana, León, Celaya, Acapulco, Benito Juárez y Colima. Resulta llamativa la ausencia de Culiacán en este listado.
Las intenciones son claras, pero ya sabemos que los gobernantes proponen y la realidad dispone. Ni el nuevo gobierno ni quienes hacemos las crónicas sobre el acontecer, podemos anticipar lo que harán los enemigos, adversarios y aliados del nuevo gobierno. La batalla será feroz porque se juegan fortunas.
Enumero a continuación los tres principales actores.
Hay consenso entre los analistas de seguridad en que las organizaciones criminales multiplicaron su fuerza y presencia aprovechándose de un presidente reacio al uso de la fuerza. Por ello, en parte, la Guardia Nacional ha deslumbrado por su destreza a la hora de patrullar y su parsimonia a la hora de enfrentar o apresar a presuntos delincuentes. Diversos estudios demuestran que la antigua Policía Federal (PF) y, actualmente, las Policías Preventivas Estatales, son más eficaces.
Imposible dejar fuera a los Estados Unidos. Independientemente de quién gane las elecciones de noviembre, Kamala Harris y Donald Trump han expresado su determinación de presionar a México para que ataque con más energía a las organizaciones criminales. Dejo para el final a la sociedad organizada que seguirá opinando, vigilando e implementando proyectos para contener a la delincuencia. Después de un sexenio de satanización presidencial, llama la atención que el documento sobre “Los primeros 100 días” anuncie que buscará su participación.
En síntesis, la evolución de la seguridad estará determinada por la manera en que evolucionen partidas simultáneas de ajedrez. Por ahora, es evidente que la presidenta Claudia Sheinbaum ha decidido pasar a la ofensiva fortaleciendo a la franja civil del gabinete de seguridad. Es una forma tersa de equilibrar el militarismo heredado. Su apuesta cosechará éxitos, fracasos y empates, dependiendo de lo que hagan y dejen de hacer otros jugadores.
Coincido con el antropólogo David Graeber, quien considera absurda la veneración del genio individual; en la confección de la historia siempre participan múltiples manos. La contención de los criminales solo podrá ser una obra común.
Colaboró Vianey Gutiérrez