Tejedores de espacios: Día de los Trabajadores de la Construcción
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¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas?
En los libros aparecen los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra?
Bertolt Brecht.
Se dice que el oficio es la práctica humana o las labores a las que se dedica una persona, esta palabra proviene del latín officium y ésta a su vez, de opificium que está compuesta de opus (obra), facere (hacer) y el sufijo -io que quiere decir acción y efecto. El ser humano a lo largo de su existencia transforma la naturaleza al producir objetos de muy diversas índoles, para crear nuevas realidades. La arquitectura, según el Arquitecto Agustín Hernández, nace cuando el hombre del paleolítico superior comienza a adaptar y acondicionar la cueva en aquellas sociedades rupestres, utilizando sus manos como herramienta primordial, como primer instrumento. Entonces, el ser humano es causa y efecto, aprende primeramente de lo que observa, para después conocer con sus manos y sus sentidos lo que le rodea, los materiales, su forma, su resistencia, su tectonicidad o su plasticidad. Pallasma dice que: aprender una habilidad es fundamentalmente una cuestión de mímesis muscular corporal adquirida mediante la práctica, en lugar de ser un aprendizaje conceptual verbalizado. Es decir, mediante las habilidades adquiridas por la utilización corpórea en contacto con el exterior; de las manos al tocar la tierra o de la fuerza requerida para adaptar un sitio y así protegerse, gracias a este proceso de observación que se traslada a la mano y luego a la acción es como surge el oficio y para conseguir la maestría en un oficio, se requiere práctica, la cual se convertirá en técnica.
El arquitecto es el profesional que combina el arte y la técnica, pero, ¿qué sería de los arquitectos sin las manos que construyen? El 3 de mayo se celebra en México el Día de los Trabajadores de la Construcción. El Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas afirma que esta tradición se origina dentro de la religión católica. Cuenta la leyenda que fue la emperatriz Elena, madre de Constantino, quien fue en la búsqueda de la cruz donde murió Cristo durante una peregrinación a Jerusalén, ahí, en el Monte Gólgota, hizo el hallazgo. Con base en este suceso, según el Instituto, es como se inicia la conmemoración del 3 de mayo, la cual, según Marta Turok es la cuarta fiesta más celebrada en nuestro país. Además, coincide con el inicio de la temporada de lluvias, entonces dicha festividad, en el marco de las culturas dedicadas al trabajo agrícola, adquiere además de la dimensión de recordar la cruz como máximo símbolo del cristianismo, su vinculación con las cosechas, la fertilidad de la tierra y por lo tanto con la vida y la continuidad de una comunidad. Este se convierte en el símbolo de los albañiles y los peones de albañilería; en las obras, se acostumbra colocar una cruz, generalmente con los mismos materiales que se encuentran en ella, sin embargo, ésta se adorna con flores de papel en la parte más alta de la obra.
La industria de la construcción es uno de los principales motores de un país y su desarrollo, a través de esta actividad económica se crean además, empleos: según datos del INEGI, en 2018 existían 19, 501 empresas en México dedicadas a esta actividad y alrededor de 680,000 personas (entre hombres y mujeres) que trabajaron en el sector de la construcción. Por otro lado, según datos del Gobierno de México, durante el cuarto trimestre de 2023, la población que se dedica a la arquitectura o la ingeniería fue de 158,000 personas. Entonces ¿quién construye? la fuerza y el trabajo duro proviene de nuestros trabajadores de la construcción, a estos tejedores de espacios debemos nuestros lugares públicos, vialidades, viviendas, edficios, comercios, en fin: nuestras ciudades. Sin ellos, los arquitectos, ingenieros civiles, urbanistas y demás profesionales que nos dedicamos a proyectar espacios donde el ser vivo debe encontrarse en el centro, nos quedaríamos con nuestras propuestas y buenas intenciones.