Tesla NL: Desaires que se agradecen

Opinión
/ 6 mayo 2024

Muchos han sido los rumores en los últimos días que han puesto en duda la llegada de Tesla a Nuevo León. Aunque se sabe que este tipo de megainversiones requieren de cierto tiempo −tanto por el monto de recursos, como por su complejidad técnica−, algunos empiezan a observar señales de que esto se ha aletargado.

Incluso en los últimos días ha circulado un rumor que cobra cada vez más fuerza en medios y redes sociales, el cual afirma que Tesla redujo un número significativo de ofertas de trabajo que ya tenía anunciadas para México.

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Desde luego −y siempre se ha defendido la idea en este espacio−, no se trata de que rechazamos la inversión extranjera ni mucho menos verla con recelo. Todo lo contrario, se entiende perfectamente la palanca de crecimiento que esta representa en términos de generación de empleos, transferencia de tecnología, buenas prácticas empresariales, así como en generación de ingresos fiscales, ya sea de forma directa o indirecta.

El tema apunta al sentido de que para la Región Sureste de Coahuila, el crecimiento industrial y económico ya ha llegado al límite, al punto de que ya empieza a constituirse en un problema de planeación y crecimiento urbano, tráfico y congestionamientos y, por ende, de convivencia social.

Queda claro el éxito que a lo largo de cuatro décadas tuvo la estrategia de apostarle al sector industrial e insertarnos en las cadenas de valor del sector automotriz. Tan fue así su éxito que podemos afirmar, en términos metafóricos, que creamos un monstruo, que bien o no dimensionamos su crecimiento o, en el peor de los casos, no se tuvo la debida planeación y visión en su momento sobre lo que ello detonaría.

Desde luego, es preferible que nos estemos quejando de este tipo de problemáticas a situarnos en el extremo opuesto, en el cual se encuentran otras entidades federativas que tienen que lidiar contra la pobreza, la escasez de inversiones y la nula competitividad.

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El punto que nos debe quedar claro es que en términos de infraestructura ya fuimos sobrepasados y, por situaciones que ya todos conocemos, el estado no cuenta con los recursos necesarios para armar un proyecto de gran alcance para mejorar y ampliar dichos servicios.

El reto hacia adelante será seguir promoviendo y atrayendo inversiones con la misma eficiencia que se ha venido haciendo en los últimos años, pero de una manera más selectiva. Lo anterior, en el sentido de dirigirla −sí o sí− hacia el centro y norte del estado. O bien, enfocarnos en sectores de alta tecnología, los cuales, además de la derrama de conocimiento natural que ello detona, por naturaleza sus esquemas de trabajo se prestan más para modalidades en home office.

En tanto, de llegarse a confirmar un cambio de planes por parte de Tesla y cancelar su proyecto de inversión en Nuevo León, aplicaría más que nunca aquella frase de las abuelas: “hay desaires que se agradecen”.

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