Tiranía y capital en EU. ¿Acaso el tirano es de piel oscura y con religión distinta?
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Un Estado tiránico es un territorio en donde el poder se ejerce por una sola persona, opera a través de la imposición y la fuerza, en lugar del respeto a las leyes. La tiranía no reconoce límites legales ni humanitarios.
Quién diría que la pérdida de libertades sería brutalmente explícita en el vecino país. Mientras China se define como un Estado socialista con economía de mercado, con un sistema socialista de partido único con más de 91 millones de afiliados, Estados Unidos (EU) se considera una república federal y democrática, basada en una Constitución y establece −al igual que México− división de poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial). Nada más impreciso hoy.
Si el terror eran los otros, si el terror era el comunismo, si el terror eran los inmigrantes afrodescendientes, hispanos, asiáticos o árabes, o también los integrantes de la diversidad sexual y las formas alternas de familia, pues ello erosionaba la vida de un país con leyes. Pero qué pronto se devela hoy, en tiempo real, ante las masas, que estas afirmaciones faltan a la verdad.
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Queda al descubierto un presidente que deshace las libertades civiles. Extrañamente es un ciudadano que ha ejercido todas las libertades que ha deseado, incluso si están ligadas a la prostitución, lo que de acuerdo a su discurso atenta contra su “idea” de familia. Sí, es un presidente que ha sido asociado a escándalos sexuales y que, de hecho, ha tenido distintos vínculos familiares (no sólo el atesorado modelo de familia monógama y única), lo cual no tendría ninguna importancia, salvo que se dé por bueno un sólo modelo. Rasero doble.
Se ha visto a un presidente que está ejerciendo el control de forma desbordada y unilateral. Curioso, se dice que China tiene a todos sus habitantes observados a través del control de sus comunicaciones y satélites asociados a ellas; así es, sin embargo, en nuestro vecino país esta vigilancia también es permanente y muchísimo mayor, sólo que no se habla mucho de ello.
El control de las comunicaciones se lee como algo “comunista”. Pero, veamos algunos números: se estima que EU tiene actualmente mil 897 satélites, China, 316; Francia, 164; Rusia, 146; India, 124; y España, 29. Hoy la investigación y avances espaciales ya no tienen que ver tanto con proyectos gubernamentales solamente: el interés empresarial y monetario, con base en EU y avalado por el presidente, ha abierto el espacio a experiencias para turistas, con toda una agenda oculta de empresarios de, por ejemplo, SpaceX, con proyectos ovacionados, mercantilizados y sumados a la lista de contaminantes de la atmósfera. Descontemos a estos números los satélites averiados que permanecen como basura flotante dando vueltas al planeta.
Volvamos al tema: un Estado tiránico es un territorio en donde el poder se ejerce por una sola persona, opera a través de la imposición y la fuerza, en lugar del respeto a las leyes. La tiranía no reconoce límites legales ni humanitarios. Espero que con este ejemplo quede claro que no tiene que ver con comunismo o socialismo.
Un tirano restringe las libertades civiles individuales y colectivas, y ejerce su autoridad a través del miedo, ya que nunca se sabe cuál de sus deseos será el próximo a cristalizarse, a pesar del daño que infrinja a quienes se encuentran bajo su mandato.
En una democracia el poder es compartido con otros poderes y es opuesto al régimen tiránico.
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Atendemos ya a una disolución de manidos argumentos: que si la izquierda es comunista y tiránica, o bien, que el capitalismo es la edénica forma de las libertades civiles. Nunca ha sido así. Veamos ahora cómo la vetusta derecha mexicana sostiene lo insostenible que se traduce en horror para los hispanos, en especial para los mexicanos, hoy en EU. El discurso mediático ya ha caído.
¿Qué no el enemigo de la democracia era un grupo de personas de piel oscura, provenientes de Oriente o Asia y con una religión distinta? No es así.
El vocablo “tirano” proviene del griego týranno, y este a su vez derivó en el latín tyrannos, que refiere a un señor, amo, monarca o soberano absoluto. En la Grecia antigua, týrannos se empleaba para designar a un gobernante que accedía al poder de manera ilegal, con frecuencia a través de la violencia. En latín se usaba para nombrar a quienes ocupaban el poder político a través de la fuerza.