Tú y yo somos diferentes, pero no somos errores a corregir. Injusticias, rechazos, heridas, guerras, privilegios, inclusión, aceptación...

Opinión
/ 11 septiembre 2025

“Pues, sí, ha de ser neurotípica.” Este comentario ahora se emplea para asignar responsabilidad a quien no me comprende y no ve que yo hago las cosas de manera distinta. El término neurodivergente parece una manera de separar y descalificar a quienes no son igual a mí, mientras alza cierta bandera de orgullo. Tú tampoco tienes la opción de entenderme a mí. Nadie nos entendemos. Y ahora tenemos tantas maneras más de promover la separación y la necesidad de tratos especiales. Pienso que todos tenemos necesidad de un trato especial, pero no pienso que los demás estén obligados siempre a entender ni a atender. No bajaremos peras de los olmos, pero a pesar de la gran sabiduría de una frase usada por siglos, no más no nos entra. Entonces hacemos comentarios en son de burla y desprecio, así devolviendo lo que creemos haber recibido de otros.

Estoy lastimada y quiero que el mundo me lo pague. He padecido injusticias y ahora quiero infligir injusticias. Creo que así funcionan los criminales, ¿no? Ah, y las guerras. Padezco y me lanzo a desquitarme. ¿Qué se puede esperar de una neurotípica, o de una mujer heterosexual, o de una privilegiada? No sé. Tal vez sea igual de humana que yo. O no. Tal vez padezca de una ceguera especializada, de la cual me he contagiado de pasada. ¿Será?

Me ronda el concepto de inclusión. Nos toca a todos. La inclusión nos cuesta. Tenemos miedo a lo diferente, a lo que no queda dentro de lo esperado, dentro de lo cómodo. En las familias tenemos las ovejas negras y la aceptación está lejos de ser aplicable de manera generalizada. “Es rara.” “En nuestra familia no hacemos las cosas de esa manera.” ¿Qué es lo amenazante de lo distinto? Que tiene potencial de provocar el cuestionamiento de aquello que siempre hemos considerado “correcto”, “adecuado”. Lo diferente nos confronta. Incluso, lo diferente dentro de nosotros mismos con frecuencia se convierte en algo que buscamos corregir. Ni tú, ni yo, ni nadie somos errores a corregir. Y lo divergente, la inclusión y la aceptación son conceptos muy profundos.

Nacida en Detroit, MI el 25 de mayo de 1956. Residente de Saltillo desde 1974. Maestra y traductora por necesidad. Psicoterapeuta, empresaria, poeta, actriz y administradora de Foro Amapola porque la vida es dinámica. Madre de 4, abuela de 5. En 18 años de formación como psicoterapeuta ha hecho especialidades que incluyen terapia psico-corporal y Gestalt. Idealista insistente y ser humano en constante movimiento.

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