Regresa Gordon Gekko a Wall Street
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"Wall Street" fue dirigida por Oliver Stone, y Michael Douglas, gracias a ese personaje, ganó el Oscar al mejor actor en 1988. Junto a él en aquél recordado filme figuraban entre otros Charlie Sheen, su padre Martin, Darryl Hannah y Sean Young.
Los Angeles, EU.- ¿Alguien se acuerda de los yuppies, de aquellos voraces especuladores financieros que proliferaron como setas a finales de los 80? Eran esos tipos que se peinaban con abundante gomina, vestían trajes caros y estaban ansiosos por hacerse ricos rápidamente, de dar lo que se llamaba "un pelotazo".
Su modelo cinematográfico se llamaba Gordon Gekko y era un peligroso tiburón que nadaba en las turbulentas aguas de Wall Street. Su sed de dinero no tenía límites. Gracias a información privilegiada, que conseguía con dudosos métodos, compraba empresas en crisis. Luego las dividía y troceaba; despedía a decenas de trabajadores y ya, convenientemente "saneadas", las vendía ganando, naturalmente, una generosa plusvalía. Era un triunfador. Se acostaba con las chicas más guapas, aniquilaba a sus rivales, compraba obras de arte de dudoso gusto, comía en buenos restaurantes y era socio de los más selectos clubes.
"Wall Street" fue dirigida por Oliver Stone, y Michael Douglas, gracias a ese personaje, ganó el Oscar al mejor actor en 1988. Junto a él en aquél recordado filme figuraban entre otros Charlie Sheen, su padre Martin, Darryl Hannah y Sean Young.
Al final, "Wall Street" terminaba con Gordon Gekko camino de la cárcel, acusado de malversación de fondos, utilización fraudulenta de información privilegiada y decenas de delitos más. Pues bien, ahora, 23 años después, en mitad de la crisis económica más grave desde la "Gran Depresión", Gekko vuelve a las andadas.
¿Con qué intenciones? ¿Sigue siendo un tiburón de las finanzas o se ha convertido en un inocente corderito? Pronto se sabrá: "Wall Street: Money Never Sleeps", llega a los cines norteamericanos el día 24 de septiembre y hay curiosidad por ver cómo ese icono de los 80 se desenvuelve en la primera década del siglo XXI.  Â
Michael Douglas reconoce que de todos los papeles que ha interpretado en el cine, Gekko es con el que la gente más le identifica. "La gente disfruta con Gekko, lo cual siempre me ha asombrado porque realmente es un ser repugnante. Pero a la gente le gustan y le seducen las historias sobre el poder y esa es la razón por la cual Gekko y la película Wall Street han conseguido perdurar durante todos estos años", explica el actor.
Por su parte el director Oliver Stone recuerda que rodó "Wall Street" como si fuera una moraleja, pero que a partir del año 2000 la situación del barrio financiero neoyorquino comenzó a ser totalmente diferente.
"En 2008, la existencia de un Gordon Gekko ya no era posible", dice Stone. "Ese personaje, ese tipo de piratas, habían desaparecido y habían sido reemplazados por un tipo de instituciones que tiempo atrás disponían una regulación que ya existía. Luego estalló la crisis y eso, de repente, hizo que la película fuera más interesante, dado que en ella se aparecían todos los fallos del sistema. "Wall Street: Money Never Sleeps" es un relato cronológico de lo que ha ocurrido", concluye el director.
En esta segunda entrega hay un pequeño recuerdo al personaje de Bud Fox que Charlie Sheen interpretó en la primera parte, pero el peso protagonista recae esta vez en Shia LaBeouf, el hijo de Indiana Jones. En el film, la joven estrella da vida a un ejecutivo que pasa por dificultades económicas y que casualmente es novio de la hija de Gekko, y que no es otra que Carey Mulligan, la inocente colegiala de "An Education". En el reparto hay rostros tan conocidos como el de Josh Brolin, Susan Sarandon, Frank Langella, el veteranísimo Eli Wallach, al que la Academia de Hollywood acaba de conceder un Oscar honorífico, o incluso el magnate Donald Trump haciendo por supuesto de Donald Trump.
"Wall Street: Money Never Sleeps" se presentó a lo grande el pasado mes de mayo en el Festival de Cannes pero, a pesar de las grandes expectativas depositadas en ella, fue acogida con frialdad. La crítica especializada acusó a Stone de hacer una película simple y obvia, nada profunda y oportunista y con un montaje frenético, a veces mareante.
Si fuera un valor bursátil sus acciones estarían por los suelos. Afortunadamente para ella ahora le llega la reválida de la taquilla, del público, y puede remontar el vuelo y se revaloricen sus activos. Pero sobre todo veremos si el paso del tiempo le ha sentado bien o no a Gordon Gekko y si su lema preferido, "La codicia es buena", encaja bien en estos años donde, para muchos, lo único importante es llegar con dinero a fin de mes.                       Â