Bob DylanPor siempre joven; llena la Plaza de Armas de Zacatecas

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/ 2 marzo 2016

    Zacatecas.- Bob Dylan llegó con su aureola de leyenda del rock. Tras décadas de vivir con la música como bandera, el intérprete arribó a la Plaza de Armas de Zacatecas para demostrar que el epíteto de "poeta" le calza perfecto.

    Bajo la ala ancha de su inseparable sombrero, Dylan compartió su virtuosismo musical con cerca de 10 mil personas que llegaron de todas partes del país.

    El plato fuerte del Festival Cultural de Zacatecas 2008 se convirtió en un concierto de casi dos horas de duración, en el que destacaron temas clásicos como "Like a Rolling Stone", "Forever Young", "It Ain't Me Babe" y "Rainy Day Women".

    Las canciones que marcaron a varias generaciones, y a decenas de compositores, resonaron en el centro histórico de la ciudad, demostrando el virtuosismo de los músicos, y del propio Dylan, que demostró por qué ostenta el título del poeta del rock.

    El blues, el country, el rock y el folk se mezclaron en ese estilo único que caracteriza al cantante. Pero fue su ejecuciòn de la armònica la que le valió sonoras ovaciones y que convirtió a muchos de los curiosos que acudieron al concierto en incondicionales del cantautor.

    Tras una extensa gira por Latinoamérica, Dylan regresó a México para deleitar a los zacatecanos, quienes disfrutaron de un concierto de primer nivel sin costo alguno.

    Hora y media de buenas "rolas", de interpretaciones virtuosas lo mismo de sus músicos que del propio Dylan, valieron la pena para aquellos que, en algunos casos desde las dos de la madrugada, hicieron fila para ingresar y disfrutar del concierto.

    Las vallas que cercaron desde la noche del lunes la Plaza de Armas se abrieron a las 17:00 horas y desde entonces comenzó el ambiente, sobre todo entre quienes aún no podían creer que estaban allí, aguardando, en muchos casos, a tener su primer contacto con Dylan.

    En punto de las 20:30 horas, las luces se apagaron y atrás quedaron las penurias de las cientos de personas que arribaron de última hora a la capital zacatecana procedentes de Guadalajara, Aguascalientes, Cuernavaca y el Distrito Federal, para cumplir su sueño.

    Un audio en inglés presentó al maestro de maestros y las primeras notas causaron alboroto generalizado entre el público que antes del concierto, mientras caía la noche, juguetearon intentando crear las "olas" en las gradas y aventando globos y condones por el aire.

    Entonces, la música que marcó diferentes épocas en la vida del artista comenzó a sonar y a dar muestra de por qué Dylan es considerado un poeta del rock.

    Mientras, en la plaza, centenares de celulares, iPods, minigrabadoras y cámaras de bolsillo registraban el momento y captaban en la penumbra un trozo de inmortalidad, no obstante que se había "prohibido" el ingreso de todos esos aparatos.

    En los balcones del Palacio de Gobierno, decenas de personas disfrutaban con mayor comodidad del recital, incluso copas en mano, en contra parte con las miles de personas que abajo quedaron prácticamente atrapadas en la plaza, sin poder salir a comprar agua o pasar a los servicios sanitarios.

    En la acera de enfrente, otro grupo de personas observaba atenta el desarrollo del concierto desde las habitaciones del lujoso hotel que sirve de base de operaciones para los organizadores del festival.

    No obstante desde un principio se había advertido que no se podrían hacer grabaciones del recital, a lo lejos se observaron en todo momento decenas de cámaras registrando el suceso.

    En el escenario, Dylan no se inmutaba y con la simpleza que le caracteriza en sus presentaciones, en las que ni siquiera se dirige al público, ofreció temas como "Watching the river flow", "Love sick", "Thunder on the mountain", "Just like a woman", "Highway 61 revisited" y "When the deal goes down".

    También se escuchó "A hard rain's a-gonna fall", tema empleado en la publicidad de la Exposición Internacional Zaragoza 2008 que acogerá esa ciudad española desde el próximo 14 de junio y que estará dedicada al agua y el desarrollo sostenible.

    Con la catedral como mudo testigo de la velada, Dylan cerró la noche a las dos horas de comenzado el recital, y mientras parte de la gente le pedía extasiada un tema más, parte de los asistentes comenzaba a salir desconcertada por la frialdad del concierto.

    Y cuando muchos empezaban a desfilar por el callejón de la campana, la banda de excelentes músicos regresó al escenario para acompañar de nuevo al ídolo, quien interpretó tres temas más y presentó a sus músicos.

    Al término del tema, Dylan partió igual que llegó, en medio del alboroto de la gente de Zacatecas que se mostró incrédula, quizá influida por la cancelación de The Doors y la suspensión del recital de rock progresivo de Le Orme, ocurrido la víspera.

    A las afueras de la plaza, la gente recobró su trajín habitual y empezó a dispersarse por la Avenida Hidalgo, que a diferencia de conciertos como el de Gloria Gaynor o Celso Piña, en los que se arremolinó en las avenidas impidiendo el paso, ahora se congregaron a un costado de Catedral donde se instaló una pantalla.

    Elementos de seguridad que temprano tuvieron a su cargo la revisión de los asistentes en los filtros de seguridad, para evitar la introducción de bebidas alcohólicas o armas, a la salida se limitaron a observar el paso de la gente que partió sin hacer grandes comentarios.

    Así, Dylan cumplió y con su llegada hizo historia en Zacatecas como la primera ciudad de la provincia mexicana a la que llega su música y desde donde, declaró, le ha cantado a toda Latinoamérica.

    Su visita se inscribió en el marco de las actividades artísticas del Festival Cultural Zacatecas 2008, que concluye el viernes, y que aún tendrá en el escenario de Plaza de Armas al grupo Miranda (miércoles), a Azafata y La Pulquería (jueves) y a Moderatto (viernes).


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