Afirma Clint Eastwood que “nunca quiso ser un clásico héroe de western”
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La primera vez que leyó el guión de "Por un puñado de dólares" lo rechazó, pensó que era basura, pero aceptó porque nunca había estado en España, donde se rodó la película, ni en Italia, de donde era Leone.
Creció queriendo tener una pistola y montar a caballo, era lo que todos los niños nacidos en durante la Gran Depresión querían, pero la leyenda del cine Clint Eastwood aseguró que nunca quiso ser un clásico héroe de western con caballo blanco incluido. "Eso ya pasó", dijo el actor y director durante la clase magistral que ofreció en el Festival de Cannes.
El artífice de "Unforgiven", que se programó en la sección de los clásicos del certamen a raíz de su 25 aniversario, fue recibido con una ovación en una abarrotada sala, donde repasó su trayectoria, pero no quiso soltar prenda de su nuevo trabajo como director "The 15:17 to Paris", sobre la heroica intervención de tres estadounidenses y un británico que evitaron una masacre al asaltar a un terrorista en un tren que se dirigía a la capital francesa.
Eastwood recordó entre risas que su primer papel fue en una función escolar, en la que dio vida a "un tonto". "La profesora pensó que yo era el adecuado", ironizó.
No comenzó a tomar clases de actuación hasta la década del 50, cuando en la secundaria acompañó a un amigo y vio que allí había chicas guapas. Sin embargo, fue en esas clases cuando comenzó a interesarse por el oficio que lo convertiría en icono del tipo duro. A fines de los 50 comenzó a trabajar con pequeños papeles y le pagaban 75 dólares a la semana, con lo que se dio cuenta que podía vivir de ello porque se trataba de una cantidad nada despreciable para la época.
A lo largo de la hora que ha durado la conversación con un crítico estadounidense, el director no ha dejado de evidenciar ese pragmatismo que siempre le ha caracterizado, tanto en la vida personal como en la profesional, en la que siempre que puede rueda una única toma.
Eastwood dijo que nunca llegó a pasar hambre, pero sus padres sí pasaron estrecheces, algo de lo que aprendió mucho.
El director reconoce como sus mentores tanto a Sergio Leone, el maestro del spaghetti western, como a Don Siegel ("Dirty Harry"). Y eso que la primera vez que leyó el guión de "Por un puñado de dólares" lo rechazó, pensó que era basura, pero aceptó porque nunca había estado en España, donde se rodó la película, ni en Italia, de donde era Leone.
Del personaje del inspector Callagan, más conocido como "Harry el sucio", Eastwood comentó que muchos creían que era políticamente incorrecto, una actitud que él personalmente desprecia, porque considera que supone una falta de sentido del humor. "Y nos estamos matando haciendo eso", insitió el director, firme defensor del Partido Republicano y uno de los pocos artistas que públicamente se pronunció en campaña a favor del ahora presidente Donald Trump.
En las antípodas de su ideario político figura la actriz Meryl Streep, protagonista de "The Bridges of Madison County", otro de sus éxitos que también dirigió y coprotagonizó. Al recordar su trabajo con Streep se limitó a decir un lacónico "fue bien". Fue tan escueto que dejó en el aire la duda si todo realmente fue tan bien como él aseguró.
Eastwood, que ha concurrido en varias ocasiones a Cannes y se ha marchado de vacío (tan sólo tiene un premio honorífico), aseguró que hay que persistir en lo que uno le gusta.
Y no se retira porque sigue disfrutando su trabajo. "Me gusta jugar al golf, pero no tener que jugar al golf", dijo el realizador, quien confesó que de vez en cuando echa de menos la actuación.
En los últimos años apenas ha visto películas, aunque sí está volviendo a ver clásicos. Parece poco partidario de echar la vista atrás, no obstante no se arrepiente de nada. "Tomarse en serio es lo más peligroso del mundo", sentenció.