Abogada chilena hace de la literatura una herramienta terapéutica para las mujeres del CERESO Femenil de Saltillo

“Cuando tomas una libreta y un lápiz y te pones a escribir y sacas lo que está en tu cabeza y tu corazón y lo externalizas, estás haciendo terapia narrativa”, dice la escritora y abogada chilena Sylvia Valdés, quien se encuentra en Saltillo compartiendo esta herramienta con dos grupos de mujeres.

Esta semana se encuentra en el CERESO Femenil, donde trabaja con un grupo de 20 mujeres a partir de la literatura, antes de continuar un ejercicio similar, ahora en el Centro de Empoderamiento de la Mujer, esto sumado a un taller de cuentacuentos que también impartirá en una escuela local.

“Me vincula el trabajo con mujeres no solo por los talleres, sino también porque soy abogada y trabajo en una institución gubernamental que se llama Sernameg. Desde esa área también me vinculo con talleres de mi área profesional pero desde la literatura en trabajado en cárceles en esas dos regiones”, expresó en entrevista con VANGUARDIA la abogada, quien ha realizado este tipo de talleres en centros penitenciarios para mujeres en la Sexta y Séptima región de Chile.

“Sabía que iba a ser distinto, porque estamos en un sistema de vida distinto. Pero sí me emocioné porque si bien encontré muchas similitudes en cuanto a los deseos y a lo que como mujeres encontrándonos en esas condiciones añoramos, también encontré que no somos tan distintas. Haciendo este tipo de talleres encuentras humanidad, tiene que ver con deseos que son profunda e intrínsecamente humanos y redescubrir eso nunca deja de emocionarme”, agregó.

Su estadía en la ciudad es posible gracias a la gestión de Claudia Barrios de Residencias Corona, así como al apoyo de Eneida Sánchez Zambrano y la Secretaría de las Mujeres de Coahuila.

“Lo que yo realizo se llama literatura terapéutica o terapia narrativa. Es el encuentro o la utilización de la escritura como una herramienta para vernos a nosotros mismos, pasar un proceso complejo, que no tiene que ver con el lugar donde estés, tu edad [...] Estamos acostumbrados a que los procesos de sanar, de resignificar, sean externos, sea un otro el que nos guíe. Sin embargo, nosotros al igual que nuestro cuerpo, que tiene la capacidad de sanar, nuestra alma también, pero nadie nos ha dicho que lo podemos hacer, y esto te viene a enseñar lo que ya sabías, porque todos lo hemos hecho”, explicó.

Su trabajo en Chile se desprendió de su labor como abogada en los penales de allá. En su deseo de ayudar de una manera más cabal a las mujeres, encontró en la literatura el instrumento ideal para entregar una forma alternativa de acompañamiento, que ha cumplido su objetivo y más que eso.

“Me pasó con una chica muy pequeña, de unos 17 años, hoy debe tener unos 23, y ganó un concurso en la comuna donde di el taller en razón de la resignificación de sus experiencias, hizo cuentos con lo que le pasó y hoy en día sigue publicando y ha sido súper bonito verlo”, relató, “sigo en contacto con todas ellas, sigo recibiendo su energía bonita, creo que es el mejor pago que una puede recibir”.

“Sin Residencias Corona no se habría podido hacer. En Chile, hasta donde sé, soy la única mujer que hace talleres de literatura para mujeres en la cárcel, porque es muy complejo que te permitan ingresar”, agregó, “el trabajo es complejo porque también tú abres emociones que después tienes que ver cómo manejar. No vas a dejar a una mujer al límite del desborde en una institución donde hay como contener estas emociones. Esta actividad tiene un diseño, porque no soy psicóloga, es una herramienta para ti, para tu proceso, a través de la escritura”.

Recalcó la importancia de la escucha y trabajar desde el afecto y desde un plano horizontal.

“No tiene que ver con que estén en un penal, de hecho muchas de las historias de hoy no tenían tan solo que ver con su momento, sino con ellas, como mujeres, con sus vidas”, dijo.

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Residencias Corona espera poder sacar alguna publicación sobre los trabajos realizados, como memoria del acompañamiento realizado, en un esfuerzo por desestigmatizar a un grupo vulnerable, y con la esperanza de continuar realizado más por ellas.