Adolfo Mexiac: Adiós al rebelde del trazo popular

Artes
/ 15 octubre 2019

Murió el más importante grabador de México; sus cenizas serán esparcidas en el mar, conforme a su voluntad

CDMX.- Considerado el artista visual que hizo del grabado una forma de protesta y quien nunca abandonó el trazo popular y crítico, Adolfo Mejía Calderón, mejor conocido como Adolfo Mexiac (1927-2019), falleció a los 92 años en su casa de Cuernavaca, acompañado de su esposa, la también artista Patricia Salas Velasco.

La noticia fue difundida el domingo por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), que no anunció si realizará algún homenaje al grabador más internacional de México, considerado el último integrante del Taller de Gráfica Popular (TGP) y discípulo más entusiasta de José Chávez Morado, Leopoldo Méndez y Pablo O’Higgins.

Mexiac nació el 7 de agosto de 1927, en Cuto de la Esperanza, Michoacán, y falleció el pasado sábado 12 de octubre.

 

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Sus restos mortales fueron velados desde el domingo y ayer fue cremado.

“Falleció del corazón, pero todo comenzó cuando la vista empezó a fallarle, a partir de una degeneración de la mácula. Entonces se le operó y no funcionó, así que ya no estaba viendo ni escuchando, pero fueron 92 años que trabajó maravillosamente. Poco a poco empezó a decaer, llegó el momento en que a sus venas no entraba el suero y ya no quería comer. El corazón fue el que estaba muy cansado”, dijo Salas Velasco.

¿Fue hospitalizado?, se le consultó. “Antes de esto lo hablamos, pero según su forma de pensar él no quería hospital, tubos... ni vida artificial”.

“El geriatra quería hospitalizarlo, pero hablé con sus tres hijas (Xóchitl Aurea Mexiac Lozada, Atziri Mexiac Lozada y Tzunun Mexiac Castilla) y llegamos a la conclusión de que era mejor que estuviera en casa, bien atendido con enfermera y los cuidados de un hospital, pero sin que lo estuvieran torturando”, añadió.

¿Dónde llevarán sus cenizas? “Él quería que sus cenizas fueran echadas al mar. Así que creímos conveniente llevarlo a Colima, un estado que lo recibió maravillosamente, y decidimos ir al poblado de Cuyutlán”, aunque una parte de éstas se quedarán en Cuernavaca.

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