Chuck Close, un retratista formidable que supo superar su paraplejía
Charles Thomas Close, conocido como Chuck Close, fue un pintor y fotógrafo estadounidense que destacó, sobre todo, por sus retratos de grandes dimensiones a pesar de estar limitado más de 35 años por una paraplejía.
La vida artística de Chuck Close (1940-2021) es una historia de superación pues, a pesar de quedar en una silla de ruedas a los 48 años, siguió pintando con una férula ortopédica en la mano. Al tiempo que fue un “retratista implacable”, se consideraba un optimista, alguien que no quería ofrecer el rostro amargo de la existencia.
El artista vivió y trabajó en Nueva York y, desde muy joven, se interesa por la pintura, sobretodo, tras visitar a los 14 años una exposición del expresionista abstracto Jackson Pollock en la ciudad de los rascacielos. Quedó fascinado y aquella influencia le marcó profundamente.
En su infancia sufrió un trastorno del aprendizaje o prosopagnosia, que le dificultaba reconocer los semblantes, es decir no era capaz de reconocer los rasgos característicos de una persona y, quizás, esa dificultad en la identificación, determinó su fascinación tan tremenda por los rostros.
En 1962 se titula en Bellas Artes en la Universidad de Washington y después amplia estudios en la Universidad de Yale. Realizó un periplo por Europa y se instaló un tiempo en Viena, gracias a una beca Fulbright. Cuando regresa a EU trabaja como profesor de arte en la Universidad de Massachusetts.
Pronto encuentra su lenguaje propio realizando enormes retratos con un máximo de detalles, asumiendo planteamientos del pop. Retrata a su amigo Rauschenberg, y pinta con técnica de mosaicos o teselas fotográficas, con una minuciosidad sorprendente que luego reticulaba y recomponía.
Pero Close abandona el expresionismo abstracto a finales de la década de los años sesenta y, junto con otros artistas, transforma la abstracción moderna en figuración y en lo que será conocido como postmodernismo.
Se instala en Nueva York al lado de otros artistas como Richard Serra o Brice Marden, y es entonces cuando consigue el éxito profesional. En 1969 una de sus obras fue incluida en el Whitney Biennial; en 1970 realizó su primera exposición individual; y en 1973 expone por primera vez en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
RETRATOS GIGANTES ENTRE EL FOTORREALISMO Y EL HIPERREALISMO
Close trabajó entre la pintura y la fotografía y adaptó ésta como parte del proceso, como una herramienta vital, de ahí la importancia que adquiere la fotografía en su obra. Close se apropia de ella sin prejuicios, la utiliza y consigue un resultado espectacular.
Se trata de cuadros de enormes dimensiones que impresionan al verlos en directo. Y, como Pollock, comparte el ansia por los grandes formatos y por llenar el vacío.
En la década de los años sesenta hace retratos y autorretratos utilizando el blanco y negro. Para crearlos, Close pone una malla sobre la foto y sobre el lienzo y copia celda por celda, con una precisión intachable. Sus primeras herramientas incluían un pulverizador o aerógrafo, trozos de tela y hasta una taladradora.
Su primer gran cuadro con este método fue ´Gran autorretrato` (1968), ampliación de su cara en blanco y negro sobre un lienzo al que siguieron otros retratos también en blanco y negro. Utilizó pintura diluida con un pulverizador.
Eran los años de la irrupción de lo conceptual y el minimalismo, junto a la recuperación del dadaísmo.... Close se sentía afín al minimalismo, manteniendo relaciones con Robert Ryman o Richard Serra, al que llegó a retratar.
En una entrevista recordó que en aquellos años de rebeldía, “el que pintaba era un idiota y lo más tonto de todo era hacer retratos; así que pensé: bueno, ¡estupendo!, no tendré mucha competencia”.
También confesaba que era “tremendamente indeciso y eso me llevó a buscar procedimientos muy estrictos al pintar”.
En la década de los años setenta evoluciona al color y utiliza mallas no rectangulares, una especie de mapa topográfico. Close regresó a menudo a las mismas fotos para pintarlas una y otra vez con técnicas diferentes, por ejemplo, la famosa foto de Philip Glass se incluyó en su serie en blanco y negro de 1969, fue rehecha con acuarelas en 1977, y de nuevo rehecha un año después.
PARAPLÉJICO A LOS 48 AÑOS
Close desarrolla en la década de los años ochenta otra técnica innovadora llamada “las huellas digitales”, en la que, con el pulgar y el índice, normalmente presiona sobre el lienzo consiguiéndose en la distancia una reproducción de la instantánea.
En 1988 Close sufre un colapso de su arteria espinal, el mismo día que iba a dar una conferencia con motivo de la entrega de unos premios de arte. Según contó el artista, se sintió mal antes, pero aguantó e intervino en el acto, pero salió directo hacia el hospital donde ingresó de urgencias. Pocas horas después se convirtió en una persona parapléjica.
Close siguió trabajando y pintando con un pincel entre los dientes, creando miniretratos en mallas cuadradas preparadas por un asistente. Desde la distancia, estos cuadrados aparecen como una imagen única.
Con el tiempo pudo el pintor recuperar algo de movilidad en un brazo y en las piernas, y hasta su última obra, hace tan solo unos meses, pintaba con un pincel atado a su muñeca y antebrazo y utilizaba un elevador para mover el cuadro y ajustarlo en cada caso.
El estilo único de Close, Medalla Nacional de las Artes, incluía una estructura de cuadrícula en la que replicaba “imágenes pixeladas” basadas en fotografías.
Si bien no fue el primero en hacer pinturas fotorrealistas a gran escala, nadie más ha transformado fotografías en pinturas de un impacto visual y psicológico tan agresivo.
Tras una larga trayectoria artística de más de seis décadas exhibiéndose por centros y galerías como el MoMA de Nueva York o el Museo Guggenheim, la reconocida obra de Chuck Close permanece vigente en los más importantes museos de arte moderno de todo el mundo.
DESTACADOS:
+ Chuck Close, considerado uno de los artistas contemporáneos más influyentes desde los años sesenta, uno de los grandes del hiperrealismo y del fotorrealismo de gran tamaño, fallecido hace unos meses, a los 81 años, vivió casi la mitad de ellos en una silla de ruedas.
+ En 1988, tras pasar una enfermedad, Chuck Close quedó postrado en una silla de ruedas. Tenía 48 años. Desde entonces, limitado, pintó con un pincel atado a la muñeca, todo un ejemplo de superación y tesón.
+ Tras una larga trayectoria artística de más de seis décadas exhibiéndose por centros y galerías como el MoMA de Nueva York o el Museo Guggenheim, la reconocida obra de Chuck Close permanece vigente en los más importantes museos de arte moderno de todo el mundo.
Por Amalia González Manjavacas EFE/Reportajes