¿Democracias? Continúa la censura de libros en países de ‘primer mundo’

Artes
/ 31 diciembre 2024

Antes que optar por una reflexión o estudio de los temas que abordan estos libros, las autoridades de estos territorios han decidido tomar la vía rápida de la prohibición

La censura literaria avanza en 2024 con paso firme. El auge de partidos de extrema derecha, la polarización ideológica y las políticas anti-LGTBIQ+ tienen en el punto de mira a libros infantiles, revisiones de obras con perspectiva inclusiva y obras maestras de autores como Federico García Lorca o Mark Twain.

La censura ha conseguido que ‘La casa de Bernarda Alba’, de Federico García Lorca; ‘El cuento de la criada’, de Margaret Atwood; ‘It’, de Stephen King, o ‘El mercader de Venecia’, de William Shakespeare, hayan sido eliminados de bibliotecas públicas y escolares de Florida, Iowa o Alaska.

Estados Unidos es sin duda el país con una situación más grave -varios estados han aprobado leyes que prohíben libros por ejemplo de contenido sexual en las escuelas- y en Europa y otros países democráticos la censura literaria se ha multiplicado en los últimos años de manera exponencial (es el caso de Hungría).

Según el último informe de la asociación PEN en Estados Unidos, el curso 2023-2024 ha sido el año que más títulos se han prohibido en bibliotecas públicas y escolares del país. En total, se han eliminado más de 4.000 títulos de sus estanterías, el 81 por ciento de ellos en los estados de Florida y Iowa.

Detrás de esta «ola sin precedentes de prohibiciones» están asociaciones de padres como Moms for Liberty (Madres por la libertad) que realmente son «grupos conservadores extremos» conectados con «redes de organización bien financiadas», explica a Efe Madison Markham, miembro del programa Freedom to Read de PEN América.

Su objetivo no es otro que ejercer «un control ideológico» sobre lo que los jóvenes pueden leer.

‘Con Tango somos tres’, un libro infantil inspirado en una historia real de dos pingüinos macho que incuban un huevo y se convierten en una familia, ha sido prohibido en varias bibliotecas escolares. Sus autores han denunciado a Florida por la prohibición.

Una investigación de la asociación británica Index on Censorship publicada este año asegura que la mitad de las bibliotecas escolares encuestadas habían recibido peticiones para que libros -fundamentalmente de temática LGTBQ- fueran retirados de las estanterías.

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El caso más flagrante en la Unión Europea es Hungría. El Gobierno del ultranacionalista Viktor Orbán endureció este año la legislación ya de por sí restrictiva -que Amnistía Internacional tacha de ‘homófoba’ y ‘tránsfoba’-, y que afecta a medios, al sector editorial y a librerías. La UE ha denunciado la normativa ante la justicia europea.

En un movimiento similar, el gobierno de Argentina y varias asociaciones conservadoras pidieron recientemente la retirada de las escuelas de Buenos Aires de varios libros por su contenido sexual.

Los libros señalados son ‘Cometierra’, de Dolores Reyes -sobre el feminicidio-; ‘Las primas’, de Aurora Venturini; ‘Si no fueras tan niña’, de Sol Fantin; y ‘Las aventuras de la china Iron’, de Gabriela Cabezón Cámara. El apoyo internacional a las autoras ha sido unánime.

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