Judith Fragoso muestra la belleza de vivir en el desierto con exposición de grabado

El desierto, a diferencia de lo que su nombre indica, está lleno de vida, de color, de movimiento, de actividad. Solo quien lo habita es capaz de identificar todo lo que hay en este ecosistema, algo no solo invisible, sino impensable para un foráneo.

Por eso en su exposición “Arquetipos de una región semi-desértica” la artista Judith Fragoso retrata la belleza de la naturaleza que también habita estos lugares, la flora y la fauna de una región agreste, sí, pero nunca desprovista de vida.

La muestra de grabado se inauguró el pasado miércoles 4 de diciembre, en el Museo de Artes Gráficas (MAG), donde permanecerá hasta febrero del 2025, como una opción para visitar estas vacaciones y en el cambio de año.

“Tuve un viaje al Jardín Botánico con unos amigos, los cuales me hicieron el comentario de que ellos no comprendían cómo la gente elegía vivir en un lugar como Coahuila habiendo sitios más bonitos y amables, como, en ese caso Xalapa”, explicó para VANGUARDIA la creadora, quien desarrolló este proyecto como parte de su residencia en el centro de artes de Veracruz La Ceiba Gráfica.

Serpientes, alacranes, borregos, bisontes, liebres, lechuzas, flores, cactáceas y otros motivos vegetales y animales se hacen presentes en la muestra a través de técnicas como la punta seca y el retrato, por medio de retratos fieles que capturan la belleza y altivez de esas especies.

“No comprendía bien de dónde venía mi molestia. Fue ahí que decidí cambiar mi proyecto y comenzó a enfocarse en realzar y reconocer todos los elementos de nuestra región, nuestro ecosistema, que para mí son hermosos. Tuve que hacer una investigación también, no solo asumir que lo que yo sabía era tal. Y fue en medio de esa investigación que caí en cuenta que me molestaba porque así como él no podía soportar este espacio yo tampoco podía soportar el de ellos, porque está hecho para vivir en su entorno y yo estoy hecha para vivir en el mío y reconociendo la belleza que nos rodea reconozco la mía, que estoy llena de vida, que soy parte de este lugar”, compartió.

Las placas las trabajó sobre caobilla, un tipo de madera suave que le permitió aprovechar al máximo esta técnica e imprimir gran cantidad de detalles sobre las piezas, mismas que culminó en el Taller de Grabado Elena Huerta del MAG.

Esto último, a su vez, representó un reto a nivel museográfico, pues el cubo blanco contrastaría mucho con el realismo de las obras. Por ello, con apoyo de Dul Patoni, la artista planteó una serie de marcos en un color rojo profundo, oxidado, en un estilo barroco. Algunas de las impresiones fueron colgadas con manos de maniquíes de madera, añadiendo más elementos al montaje.

“No podemos vivir imitando lo que se hacía antes, tenemos que hablar de lo que sucede ahora, y en este caso, al ser gráfica tan tradicional optamos por una museografía para homogeneizar la disposición de las piezas”, señaló.

Asimismo, compartió una instantánea de su proceso en el pizarrón que abre el recorrido. Desde las placas que utilizó, bocetos, apuntes y hasta las envolturas de las cosas que consumió en ese periodo se colocan como un vistazo a meses de trabajo.

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Las impresiones de estos grabados están a la venta a través de las redes sociales de la artista, en @judithconjota en Instagram.