‘La educación es algo en lo que se apuesta’: Diego Lerman

Hay docentes que cumplen en el aula y hay docentes que van más allá de sus responsabilidades habituales, que se comprometen con sus alumnos y se preocupan por que su formación no se reduzca a lo que está en sus libros y cuadernos.

Lucio es un maestro de literatura que llega a una escuela secundaria en un barrio de la periferia bonerense. Entre los conflictos de los estudiantes, tanto por la edad como por las condiciones de la comunidad en la que viven, encuentra en su vocación un compromiso extraordinario que lo llevará a querer salvarlos.

Esto es lo que plantea la película “El suplente”, que llegará a salas de cine en México el próximo 26 de enero y que ya es número 1 en Netflix Argentina. En entrevista vía Zoom con VANGUARDIA platicamos con su director, Diego Lerman, quien compartió que el proyecto nació de una “suerte de admiración” y reconocimiento que no suele dársele a los docentes en general, sobre todo por cómo lo observa en su país natal.

“Siento que hay un montón de actividades que ellos hacen que exceden a sus tareas y a su trabajo que no se reconocía a nivel social. Fue investigar un poco, seguirlos, tener entrevistas y de toda esa gran investigación, en la que fueron más de dos años, empezar a pensar por dónde podía contar esta película”, explicó.

“De ahí la necesidad, y sobre todo porque trabajan en una franja poblacional, y en una edad, donde hacen la diferencia. Yo creo que ahí la educación salva vidas, más allá de formar para un futuro posible, lo que hace es la posibilidad de tener docentes que den una perspectiva de futuro, de otro camino. La educación es algo en lo que se apuesta, el hoy para lo que pasará mañana”, agregó.

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Lerman destaca que la dinámica que existe entre maestro y alumno es muy diferente al que se da en otras relaciones de la vida diaria, tal vez atravesadas por el dinero o el interés. El aprendizaje, para el director, es intercambiar y compartir.

“Siempre es importante, pero en esa franja de la sociedad es decisivo. Es lo que hace que un chico o una chica de quince años siga o no en la escuela y si termina la escuela, es una su realidad y si no la termina es otra. Y si eso, aparte, le abre un mundo de interés, de posibilidades y herramientas, le da otra perspectiva de vida”, recalcó.

La investigación que llevó a esta película, contó, partió de una propuesta hecha por el productor Juan Vera. A partir de ahí trabajaron dos años en entrevistas con docentes, alumnos y administrativos de las escuelas de barrios marginados, así como estudios de campo esos lugares.

“Fue a partir de ahí que vimos, y surgió de la investigación, porque no era una idea previa que yo tenía, cómo se implica el narco y esa batalla que surge ahí, donde a muchos de los alumnos y alumnas les proponen concretamente trabajos que la mayoría de las veces terminan mal. Entonces hay una mezcla de lo educativa y obtener plata rápido con este peligro en el medio de la adolescencia, que es una etapa muy especial de la vida”, compartió.

Y aunque las grabaciones se cruzaron con la pandemia, todo salió adelante. Lerman comentó que los habitantes del barrio donde filmaron se implicaron mucho con la producción y tanto alumnos como la mayor parte de los maestros fueron interpretados por gente que nunca había actuado, pero que tras varios procesos de selección resultaron en un grupo que fuera capaz de evocar la energía bucada.

“Armamos un aula posible y sobre eso empezó un entrenamiento, ensayos, charlas, conocerlos, enseñarles cómo era la dinámica del cine, que hay un guión pero que no tenía que ser algo rígido y buscar desde la dirección que haya una dinámica escénica pero que no parezca falso, que haya algo de esa energía adolescente en el aula, esas hormonas a flor de piel y esa diversión, son muy chispeantes y quería que eso esté en la película”, concluyó.