Un “Hamlet” renovado abre la nueva temporada en la Ópera Metropolitana de Nueva York
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La Ópera Metropolitana estrena una versión de “Hamlet” como nunca antes ha sido escuchada, con una partitura orquestal en la que que se incluye un acordeón, papel de aluminio, botellas de plástico, papel de lija y golpes de piedras.
Si bien Rosencrantz y Guildenstern han muerto, sin embargo no fue como Shakespeare lo imaginó. Tampoco hay un príncipe noruego que busca apoderarse del trono danés. Y ser o no ser no es la cuestión.
Así es como va la última adaptación operística de la obra más famosa en lengua inglesa. “Hamlet”, con música de Brett Dean y libreto de Matthew Jocelyn, que se estrena en la Ópera Metropolitana hoy y es la última producción nueva de la temporada de regreso de la compañía tras los cierres por la pandemia de COVID-19.
Por su parte, la versión de Jocelyn de la obra por momentos suena como si se hubieran tomado los varios textos que sobreviven y los hubiera pasado por una batidora, incluso eliminando diálogos a un personaje y dándoselos a otro. Esto bastaría para que les diera un ataque a los puristas de Shakespeare.
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Sin embargo, mostrando un diálogo de la obra, se pude ver que hay método en su locura.
“Le dije a Brett desde el principio que ‘Hamlet’ como tal no existe”, dijo Jocelyn en una entrevista. “Hubo tres versiones publicadas en vida (de Shakespeare) y cada producción siempre ha sido una fusión. Sentí que si volvíamos a las fuentes originales tendríamos la materia prima para hacer nuestra propia compilación, pero de una manera más radical”.
Por su parte, El tenor Allan Clayton, quien interpretó el papel principal en el estreno de la obra en 2017 en el Festival de Glyndebourne de Inglaterra y lo repite en la Met, expresó que “lo que Matthew ha hecho muy inteligentemente es cambiar algunas de las expectativas”.
“Porque lo bueno de hacer ‘Hamlet’ es que la gente puede decir, ‘Oh, iré a verlo’”, dijo Clayton. “Tienen una manera de hacerlo, a diferencia de cualquier otra ópera contemporánea que podría parecer menos accesible. Él toma esa expectativa y no la destruye por completo, pero le mete algunas cosas inesperadas”, añadió.
Otro ejemplo, comentó Clayton: “Mi primera línea es ‘... O no ser’, y la audiencia piensa: ‘Oh, espera, eso no viene hasta mucho después’”.
Y cuando Hamlet finalmente ofrece ese parlamento, no es la versión que todos recuerdan sino una que se basa en el primer texto publicado de la obra, el disputado Primer Quarto.
Entonces, en lugar de comenzar: “Ser o no ser, esa es la cuestión”, tenemos “...o no ser. Ser... sí, ese es el punto”. Y luego, en lugar de “Morir, dormir: dormir, tal vez soñar. Sí, ese es el estorbo”, escuchamos “Morir, dormir, ¿eso es todo? Sí, todo. ¡No! Para soñar, sí, ahí va”.
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En tanto que reorganizar y reasignar partes del texto, Jocelyn tuvo que realizar recortes drásticos para conseguir representar una obra de casi seis horas en una ópera de menos de tres.
“La decisión fue convertirla en una historia familiar”, aseguró Jocelyn. Así que él y Dean decidieron excluir el personaje de Fortinbras, el príncipe noruego que reclama el trono al final de la obra. También decidieron desestimar una trama secundaria en la que los cortesanos aduladores Rosencrantz y Guildenstern acompañan a Hamlet a Inglaterra y los asesinan en el camino. En cambio, sobreviven hasta la escena final, cuando Hamlet los apuñala con una espada envenenada.
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El centrarse más en la agonía de Hamlet sobre si mismo y cómo buscar venganza contra su tío por asesinar a su padre ayudó a Dean a crear lo que llamó “un psicodrama auditivo, meterse dentro de la cabeza de Hamlet”.
En este sentido, hizo que el “mundo sonoro lo abarcara todo”, colocando dos tríos de clarinete, trompeta y percusión en balcones laterales, junto con coreutas ocasionales.
Cuando un percusionista golpea dos piedras entre sí, Jocelyn comentó: “Sentimos lo que es estar dentro de la cabeza de Hamlet porque esas rocas están explotando en su cabeza”.
También hay un “semicoro” fotmado por ocho cantantes en el foso de la orquesta, que según Dean “funciona como una cámara de resonancia, un eco de algunas de las cosas que escuchas hablar o cantar en el escenario”.
Incluso hace que Ofelia cante algunos diálogos de pie en un balcón superior.
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“Mucha gente que no era fanática de la ópera me dijo que les encantaba sentarse en medio de la audiencia y sentirse como si estuvieran en un paisaje sonoro de cine”, recordó Clayton de las actuaciones de Glyndebourne. “Algo así como el sonido Dolby Surround”.
A pesar de la instrumentación a veces extravagante, Dean no considera que su partitura sea difícil de apreciar por un espectador novato.
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“A los compositores nos gusta pensar que somos lo más nuevo desde el pan rebanado”, dijo, “pero no es lo más desafiante que uno necesariamente escuchará en términos de vanguardia. Tiene un lirismo”.
Estrenada en 1602, “Hamlet” y su influencia son insoslayables más de 400 años después. Mientras se presenta la ópera en la Met, al otro lado de la ciudad se estrena una vitoreada producción londinense en el Park Avenue Armory. The Public Theatre presenta la ganadora del premio Pulitzer “Fat Ham”, un cuento inspirado en Shakespeare sobre un estudiante universitario negro gay del sur. La película actual “The Northman” se basa en la historia de Amleth, que fue una fuente para Shakespeare. Incluso “The Lion King” (“El rey león”), que lleva en Broadway durante casi un cuarto de siglo, toma elementos clave de la trama de la obra.
Aunque aunque muchos compositores han creado óperas basadas en “Hamlet”, solo la versión en francés de cinco actos de Ambroise Thomas de 1868 mantuvo una posición sólida en el repertorio activo. (La Met la montó por última vez en 2010, tras una ausencia de más de un siglo).
Incluso antes de la producción de la Met, el “Hamlet” de Dean dejó ver señales de poder de permanencia, con presentaciones en Adelaida, Australia y Colonia, Alemania. También se producirá próximamente en la Ópera Estatal de Baviera, en Múnich, Alemania.
La puesta de la Met, coprotagonizada por la soprano Brenda Rae como Ofelia, el barítono Rodney Gilfry como Claudio y la mezzosoprano Sarah Connolly como Gertrudis y dirigida por Nicholas Carter, va a ser la última producción de la temporada que se transmita en vivo en HD en cines de todo el mundo el 4 de junio.
Con información de The Associated Press.