Unión, constancia y seguir creyendo: Veracruz

Artes
/ 29 octubre 2020

“…Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son mejores… pero hay quienes luchan toda su vida. Ellos son los imprescindibles”. Bertolt Brecht

“Bañada por el océano Atlántico en el Golfo de México, se encuentra la Rica Villa de la Vera Cruz”, con estas palabras inicia la guía de turismo de México la descripción del estado de Veracruz, bien conocido por sus bailes jarochos, la marimba y el arpa que acompañan también las comparsas de su carnaval. Es claro que la danza figura como elemento escencial de su cultura, y aunque la Universidad Veracruzana ofrece las licenciaturas en Danza Contemporánea y en Bailables, danzas y coreografías; comparten una de las problemáticas de todo el país: la mayoría de los agentes de la danza en este estado no cuentan con un título profesional o acreditación oficial, por lo tanto, no pueden acceder a una plaza en alguna institución o a un empleo estable que les brinde un  salario fijo y las prestaciones correspondientes, optando, muchos de ellos por el trabajo en academias particulares. Por otra parte, los egresados de la licenciatura en danza contemporánea, se encuentran también limitados, al no ser una de las áreas de mayor aceptación en este estado.

La realidad que vive la danza en Veracruz a causa de la crisis económica por la actual emergencia sanitaria, no es distante a la de otros casos que hemos abordado en anteriores entregas: ante el desempleo masivo, es común encontrar a maestros de danza trabajando en gasolineras, vendiendo comida o productos de limpieza; arriesgando su salud aún sabiendo que no cuentan con servicio médico en caso de necesitarlo. Unos cuantos han podido continuar impartiendo clases de manera virtual, reduciendo el número de horas de trabajo, y por lo tanto, reduciendo también el ingreso percibido, y algunos otros más afortunados, han podido valerse de una profesión alterna que les mantiene por el momento.

En un estado conformado por 212 municipios, el apoyo institucional parece siempre insuficiente, y la comunidad se ha organizado para hacerse escuchar. Desde Noviembre de 2018, durante el 1er. Congreso Nacional de Danza, algunos agentes de la Danza participaron en las propuestas de solución ante la problemática de este sector, Edwin Garate decidió asumir el compromiso de fungir como enlace del estado de Veracruz, integrando en un grupo de trabajo a bailarines,  maestros, coreógrafos y otros agentes de la danza en todos sus géneros y estilos, provenientes de todo el estado, desde los municipios más turísticos hasta los más pequeños, situados en zonas rurales, que no cuentan con infraestructura ni acceso sencillo a las zonas urbanas.

El Instituto Veracruzano de la Cultura ha permanecido con sus puertas cerradas desde el inicio de la contingencia, atendiendo solamente de manera virtual, respondió dos meses después al oficio que contiene las demandas para la reactivación económica de la danza, entregado desde el mes de abril. Sus acciones, se han limitado al lanzamiento de tres convocatorias, una de ellas específica para academias de danza, con montos entre los nueve y 15 mil pesos. El problema ha sido la dificultad para la participación de la mayoría de los agentes de la danza, al incluir como requisito el registro ante el SAT, que ante la inestabilidad de los ingresos de un artista independiente, es poco probable que pretenda darse de alta en hacienda. Esto eliminó la participación de casi el 90% de los agentes de la danza, logrando únicamente ocho beneficiarios en este sector, muy limitado en relación a la amplia necesidad de un estado tan grande.

Uno de los principales retos ha sido lograr abrir las academias de danza, el IVEC y la Secretaría de Turismo, convocaron a reunión vía zoom para dar a conocer los lineamientos para el regreso a las actividades artísticas y culturales, permitiendo un aforo del 25 al 100% según la semaforización de cada municipio, solicitando además tramitar un código QR que fue imposible tramitar, ante el mismo requisito oblitagorio del registro ante el SAT y el IMSS.

La comunidad no se ha detenido, y buscaron abrir la vía desde los municipios, principalmente en Veracruz Puerto y Boca del Río, logrando realizar un protocolo de reactivación en conjunto con la dirección de turismo y cultura, permitiendo con esto, abrir las academias de danza bajo estos lineamientos. Se han logrado apoyos a través de despensas,  productos de desinfección, contemplando el pago obligatorio para presentaciones y apoyo para escenografía; en Coatzacoalcos, la directora de cultura está realizando el registro de sus artistas para gestionar apoyos ante la Secretaría del Bienestar.

La comunidad se ha organizado para presentarse en conjunto, en septiembre, noviembre y diciembre, lo que ha sido excelente solución ante la imposibilidad de presentar un espectáculo completo, considerando que la mayoría tienen pocos alumnos y poco presupuesto.

Las acciones seguirán, buscando hacerse permanentes y apuntalando a la problemática de raíz, que se colocó sobre la mesa desde 2018: los derechos y prestaciones que como trabajadores de la danza debemos tener.

En palabras de Edwin Garate: “con la pandemia todos despertamos… el mayor logro fue unirnos, por encima de cualquier egocentrismo; nos dimos cuenta de que si no es unidos, no sería posible. No estamos hablando de un sueño, sino algo que no estaba sucediendo en México y que debería de suceder, la necesidad de hacernos ver y hacerles ver a las instutciones que nos habían excluído,  hacerle notar a la sociedad que somos una profesión… no se rindan, súmense, sigan creyendo, vuélvanlo a intentar; la union, la constancia y seguir creyendo es lo que genera el cambio”.

TEMAS

COMENTARIOS

Selección de los editores