Así se vivió el After Dark del Museo del Desierto en Saltillo: La fusión perfecta entre arte, música y dinosaurios
Sumérgete en una experiencia nocturna única en el Mude After Dark, donde la música se encuentra con los dinosaurios en el Museo del Desierto. ¡Descubre cómo se vivió la noche más prehistórica de Saltillo!
Este sábado 24 de junio, el Museo del Desierto mandó a dormir temprano a los osos, bajó las luces y subió el volumen de la música en la segunda edición del Mude After Dark. Más de 15 DJ’s se dieron cita en el recinto con sus mejores mezclas, mientras decenas de saltillenses recorrían sus pabellones con un cóctel, una cerveza o un buen vino.
A las 19:00 horas en punto, el DJ Vone puso el ambiente en el Patio de Lluvia, mientras el T-Rex que resguarda la entrada del Museo del Desierto daba la bienvenida a jóvenes y adultos con sus mejores atuendos, desde lentejuelas hasta plumas, tacones, tenis e incluso mochilas de dinosaurios. La noche prometía ser prehistórica.
Desde la entrada, un par de cervezas frías te recibían. A partir de ahí, solo había dos opciones: iniciar el recorrido o ir directamente a los patios. Ambos caminos contaban con música en vivo y alguna que otra sorpresa. El concepto de eventos after-hours en recintos como museos es una alternativa que lugares como el MET y el Guggenheim de Nueva York, el Melbourne Museum de Australia, el Museo de Ciencias en California y el Museo de Historia Natural de Londres han llevado a cabo. Es una forma diferente de disfrutar del arte, la historia y la cultura.
Para aquellos que buscaban disfrutar del museo al puro estilo de Ben Stiller en “Una Noche en el Museo”, el recorrido era la mejor opción. En el Pabellón 1, te recibía un DJ rodeado de la colección de fósiles de dinosaurios más grande de México. El área se conectaba a través de un túnel de luces con el Pabellón de “Evolución y biodiversidad”, donde un saxofonista parecía encantar a las réplicas de mamuts y otros pequeños y grandes mamíferos.
Sin duda, uno de los mejores momentos del recorrido fue el Herpetario, donde se podían observar distintas especies de reptiles provenientes principalmente de México y de varias regiones del mundo. Sin embargo, a diferencia de otros días, al ser una visita nocturna, los animales estaban más activos; incluso las serpientes parecían disfrutar de la música que se escuchaba a lo lejos.
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Para tomar un poco de aire fresco, el recorrido desembocaba directamente en la colección de cactáceas del desierto, una de las más completas. Allí, el Museo del Desierto trabaja en la supervivencia y estudio de muchas especies. Además, es posible comprar algunas de estas cactáceas que son reproducidas bajo el control de un biólogo (incluso hay macetas en forma de T-Rex).
Pero no todo es aprendizaje, porque quieras o no, al terminar el recorrido todo conecta con los patios. Ahí la experiencia continuaba con la oferta gastronómica y de coctelería de La Puerta al Cielo (recomendamos su Gin Tonic con Frutos Rojos), Luzifer, Diente de León, Las Delicias de mi General y Elotes del Mirrey (uno de los más asediados por el público).
En el Patio de Sacas, parecía que la música latina dominaba. El lugar era una pista de baile y no cabía ni un alma. Una réplica del esqueleto de un Mosasaurio también disfrutaba de “Despechá” de Rosalía con DJ Oimiento. Mientras tanto, en el Patio de Lluvia, la música en vivo iba desde “Bésame Mucho” hasta “Vivir mi vida” con Dos Garza. La noche se extendió hasta las 02:00 horas con el DJ Sinego, otro Mude After Dark que logra mezclar lo mejor de dos mundos. ¿Te unirías a una tercera edición?
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