‘Cómo Ser un Latin Lover’, idioteces del Adam Sandler mexicano

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/ 12 mayo 2017

Ridícula hasta el cansancio, floja en todos los sentidos, Eugenio Derbez ha logrado llegar a las profundidades del peor tipo de comedia cinematográfica

Calificación: 2 de diez

Si no le doy a “Cómo Ser un Latin Lover” la calificación más baja que puedo dar dentro de estas críticas, es tan sólo porque desde sus primeros segundos nos demuestra que es una estupidez. A partir de ahí todo va en picada y uno ya no espera absolutamente nada, pues sabe muy bien lo que tiene enfrente. Pero el hecho de que esta película sea consciente de ser una comedia fácil e insulsa, no la justifica. Es tan grotesca, absurda e inapropiada que nos recuerda mucho a otro “gran” comediante: Adam Sandler. La calidad de esta película es idéntica a las de Happy Madison (casa productora de Sandler), lo que coloca a Eugenio Derbez al mismo nivel de este tipo de comedias. Quiero decir que es un nivel bajo, muy, muy bajo, no piensen que por ser producciones estadounidenses tienen algo digno de aplaudirse. 

Esta película cuenta la historia de un niño cuyo mayor sueño es ser prostituto. Así nos lo dice desde un principio, señalando la foto de una revista, donde se ve a un hombre anciano con una joven mujer, ambos elegantemente vestidos para ilustrar que pertenecen a la alta sociedad. “Yo quiero su trabajo”, dice el niño, apuntando a la mujer. Así, termina casado con una anciana rica (por alguna extraña razón es monógamo) hasta que (por otra extraña razón) ella decide cambiarlo por otro. Desempleado y acostumbrado a los lujos, el protagonista regresará con su hermana, viuda y con un hijo, quienes deberán aprender a convivir como una familia a pesar de los rencores del pasado. Y aquí vamos: bromas de pedos, zapes, muchas manos agarrando genitales masculinos (demasiadas) y otras varias delicias para toda la familia.

Existe un grupo de comediantes estadounidenses encabezado por Adam Sandler, que incluye nombres como Kevin James, David Spade y Rob Schneider. Ellos representan un tipo muy particular de comedias e incluso han aparecido juntos en el bodrio “Grown Ups” (2010, 2013), que a través de dos películas conjuró una de las peores muestras de mal gusto cinematográfico que se hayan visto en años recientes. En las películas de esos actores, seguido aparece Salma Hayek, así que como el mexicano Eugenio Derbez ya había trabajado con Schneider en la fracasada serie “Rob”, al actuar ahora con la veracruzana podríamos decir que obtiene su doctor honoris causa de la escuela de Sandler. Es decir: las comedias más infantiles, ridículas, llenas de chistes inapropiadamente sexuales, sin preocupación alguna por su historia o personajes, como si fueran dirigidas por un niño de 13 años.

Cuidado con quién te juntas, Eugenio. Si alguna vez divirtió a multitudes a través de sus programas en Televisa, hoy está mucho más cerca de convertirse en la vergüenza nacional (si no es que algunos ya lo consideraban así), la antítesis de apellidos como Cuarón, Lubezki o Iñárritu. Alguien de quien no queremos presumir nada en el extranjero. Lo siento, fans de Derbez, pero “Cómo ser un Latin Lover” es la forma más baja de comedia hollywoodense que se puede hacer. Un ejemplo perfecto de flojera en todos los sentidos. Quizá las capacidades del mexicano estaban muy bien delimitadas en la televisión, donde el público aprendió a querer personajes como Armando Hoyos, el Lonje Moco o incluso Ludoviko Peluche, que se ajustaban muy bien a la pantalla chica y sacaban varias carcajadas honestas. Pero no espere nada de ese estilo en su nueva película.

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Con la intención de ejemplificar más claramente el tipo de producto que tenemos aquí, trataré de recordar algunas de las escenas que, para mi desgracia, se me quedaron en la cabeza (igual espero que, al escribirlas, pueda olvidarlas para siempre): Derbez está enseñando a su sobrino cómo caminar para “conquistar” a una niña; fuera de todas las referencias sexuales, la secuencia transcurre con ellos caminando de formas chistosas, mientras, por alguna razón, se les va uniendo cada vez más gente y al final todos caminan triunfantes hacia la cámara. Derbez lanza un letrero de cartón a una patrulla, haciendo que frene bruscamente y provocando una reacción en cadena que termina atropellando a un señor en silla de ruedas (ese señor, desconocido, sale más de una vez). Derbez es amenazado por dos hombres, quienes, para intimidarlo, aprietan sus genitales a la vez y con ambas manos, casi como si lo disfrutaran de alguna forma.

¿No les basta para mantenerse alejados de esta cinta? Seguro tiene ganas de ver a Salma Hayek, que al menos considera un buen atractivo físico para entrar al cine, ¿no es así? Por favor, lo encomiendo a que no le dé su dinero a esta película. La dinámica de Hayek consiste en darle zapes a Derbez, ese es su principal chiste, lo hace una y otra y otra y otra vez, a veces incluso diciendo la palabra “zape” mientras lo hace. En otra escena, ambos actores se emborrachan y Hayek dice que para ponerse feliz, convierte canciones tristes en salsa. Como demostración decide cantar “El Triste”, con la que ambos terminan bailando muy alegres, lo cual no tiene sentido alguno en esa situación, pues en el cine se escucha música tropical, pero en la película no vemos que los personajes enciendan ningún aparato.

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Con una gran campaña de publicidad, Derbez conoció cierto éxito en el extranjero con “No Se Aceptan Devoluciones” (2013). Parece estar determinado a triunfar fuera del país, pero está muy lejos de poner el nombre de la comedia mexicana en alto. El ingenio y cuidado que ponía a sus personajes televisivos ha sido drenado en su totalidad, me temo, por signos de dólares. “Cómo Ser un Latin Lover” es el camino fácil. El mismo camino de otros nombres cuyo éxito se sustenta en su rostro solamente. Ahí está la cara gigante de Eugenio Derbez. Detrás de él: nada.

El dato
Elenco:Eugenio Derbez, Salma Hayek, Michael Cera, Robert Lowe, Kristen Bell, Rob Riggle.
Director: Ken Marino.
Género: Comedia.
Clasificación: B
Duración: 116 minutos

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