Concierto de Opeth en Monterrey: un espectáculo de gamas espectrales

La escena musical en Monterrey no deja de complacer a los fans. En este caso la banda sueca dio un concierto envidiable en Nuevo León. Sin embargo, siempre hay aspectos que se pueden mejorar

Show
/ 22 febrero 2023
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¡Resuenan los cantos de ultratumba!

Las desquiciadas melodías de Opeth transportaron al público a un páramo tan fantasmal como lo descrito por Juan Rulfo en su emblemática novela.

El 20 de febrero en el escenario de Showcenter, en Monterrey, el grupo de metal progresivo sueco se presentó ante los regiomontanos con un setlist que recorrió de pies a cabeza su historia discográfica.

Con guturales pesadillescos y coros igual armoniosos que la calma nocturna, Opeth demostró la complejidad instrumental de su repertorio; canciones como Ghost of Perdition y Black Rose Inmortal, hicieron a la banda desplegar una epopeya tan mítica como trágica, dando una experiencia muy similar a lo relatado en el poema Der Erlkönig (El Rey de los elfos) y la novela Fausto, por el autor clásico Goethe.

Mikael Akerfeldt, apodado Miguelito por los fanáticos mexicanos, demostró un carisma que no todos los frontman poseen, mucho menos los que no hablan español. Pero con breves charlas entre canciones, la voz de Mikael cautivó a la plaza. El público de la primera fila le obsequió camisetas de la selección mexicana, las cuales todo el grupo vistió durante el encore.

La audiencia fue gradual. La cancha y las butacas se llenaron con apasionados fanáticos, ansiosos de maravillarse con las distintivas composiciones musicales y el magistral juego de luces.

No obstante se debe mencionar que la disponibilidad y capacidad de Showcenter para conciertos de metal es cuestionable; quizás fueron detalles técnicos, pero la acústica aún debe pulirse.

En este tipo de eventos debe balancearse y afinarse con perfección todos los efectos y dispositivos de sonido. La distorsión sonora puede arruinar la experiencia de muchos; esto no causó problemas para el grupo sueco, pero la banda mexicana que abrió el concierto, Anima Tempo, debió adaptarse constantemente al desequilibrio acústico que sus guitarras y samples producían; esto es algo que en sus álbumes y singles de estudio no sucede, ya que son excelentes músicos, dedicados a experimentar con diferentes melodías y ritmos.

Sin tiempos muertos ni problemas técnicos mayores, la audiencia concluyó que el concierto fue una experiencia astral.

Opeth le regaló a Monterrey un espectáculo onírico, logrando que más de un oyente se cuestione si lo ocurrido fue real o una breve alucinación colectiva, muy propia de la psicodelia que el metal progresivo induce sobre las masas.

¿Fuiste al concierto? Platícanos qué te pareció.

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