Confié en mi "instinto" para dar vida al lacónico Harry Hole, dice Michael Fassbender

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/ 14 octubre 2017

De Harry Hole, el complejo e inteligente detective al que martirizan demonios internos y que batalla con su afición al alcohol, le sedujo su personalidad, que le "enamoró" hasta que terminó por verle "como una persona real”.

Cuando me decanto por un papel, no necesariamente busco el personaje más intelectual; tan solo me dejo llevar por el instinto al leer el guion, veo cómo reacciono ante el proyecto, quién es el director y si he hecho algo similar"...

Michael Fassbender cedió ante su "instinto" y la "intriga" por trabajar con el director sueco Tomas Alfredson para dar vida en "The Snowman" al lacónico detective Harry Hole, el "inadaptado social" y anti-héroe creado por el escritor noruego Jo Nesbo.

"Siempre hay un elemento de intimidación cuando interpretas a personajes conocidos, como ya me pasó con Magneto (de la saga X-Men) o con Steve Jobs (el fallecido cofundador de Apple)", admite el actor irlandés en un encuentro con periodistas en Londres, durante la promoción de la película, que se estrena esta semana en Europa, la próxima en Estados Unidos y en noviembre en Sudamérica.

La innegable versatilidad, presencia escénica y sensibilidad que imprime a cada personaje son cualidades que nunca pasan inadvertidas cuando se habla de Fassbender. Él asegura que "encara ese tipo de papeles desde el respeto saludable", sin que ello le ponga cortapisas a su "libertad" creativa.

De Harry Hole, el complejo e inteligente detective al que martirizan demonios internos y que batalla con su afición al alcohol, le sedujo su personalidad, que le "enamoró" hasta que terminó por verle "como una persona real”.

"Es un tipo honesto, sabe perfectamente qué clase de hombre es y no es ningún crédulo; se hace querer y confía en su cerebro. No es un héroe de acción y, de alguna manera, es un inadaptado social", comenta del atormentado policía que ha protagonizado ya 11 novelas.

También la posibilidad de trabajar por primera vez con el realizador sueco Tomas Alfredson ("Let the Right One" o "Tinker Tailor Soldier Spy") constituyó un magnético atractivo para aceptar el proyecto.

Fassbender, protagonista de películas como "Shame" o "Macbeth", se rinde ante la "sofisticación" con la que dirige y remarca "la manera en la que inspira a los actores hacia una cierta dirección", así como su "precisión y visión”.

Tenía claro, asimismo, que rodar con Alfredson le reportaría una experiencia de aprendizaje: "Cuando me decanto por un papel, no necesariamente busco el personaje más intelectual; tan solo me dejo llevar por el instinto al leer el guion, veo cómo reacciono ante el proyecto, quién es el director y si he hecho algo similar. Trato de aprender y me gusta que haya un elemento de riesgo", dice.

Rodada en apenas doce semanas, "The Snowman" narra la persecución de un peligroso sociópata, cuyos repugnantes homicidios parecen cobrar vida con cada nevada y cuenta como telón de fondo con gélidos e impresionantes escenarios naturales, rodados íntegramente en Noruega -en Oslo, Bergen o en la región de Telemark-.

Como anécdota, Fassbender recuerda que aprovechó algunos de los descansos entre las sesiones de rodaje para aprender a esquiar, una "gran experiencia" para un amante del deporte, que se tomó un año "sabático" en 2017 para, entre otros placeres, hacer surf en las playas surafricanas y del sur de Francia.

La cinta, en cuya producción ejecutiva está Martin Scorsese, incluye, además, a actores secundarios de lujo, como Charlotte Gaingsbourg, que interpreta a Rakel, la expareja de Hole, con gran peso en la trama de este libro, que es la séptima entrega de la saga creada por Nesbo y que comenzó en 1997 con "The Bat”.

Aparecen además Chloe Sevigny, que da vida a las hermanas gemelas Sylvia y Ann Ottersen, y se cuela el veterano y carismático Val Kilmer, como el detective Rafto, un pequeño pero importante papel.

Si Alfredson admite que escogió a Fassbender en el papel estelar atraído por su capacidad para "transmitir sensibilidad", con Kilmer incorporó a su historia a "un antiguo héroe" para él.

En la que es la primera adaptación al cine de una de las novelas de la famosa saga de Harry Hole -se han vendido 30 millones de ejemplares en todo el mundo- el director quiso crear "algo diferente", partiendo de la aceptación de que "hacer una película basada en un libro es un acto autónomo y se trata de trasladar la atmósfera del libro a tu propio lenguaje”.

"Si hago una película que es una basura, basada en un gran libro, no voy a cambiar el libro, que seguirá siendo genial", puntualizó.

Otro de los papeles más relevantes del reparto fue asignado a la sueca Rebecca Ferguson ("Mission: Impossible - Rogue Nation") como la detective Katrine Bratt, una policía perseguida por un pasado oscuro, cuya personalidad introvertida comparte rasgos comunes con Hole.

A Ferguson le entusiasmó igualmente la idea de rodar con Alfredson, "un hombre con una mente brillante", como la de compartir cartelera con Fassbender, un actor del que se deshace en piropos.

"En cada película que he visto de Fassbender, me llama la atención su gran presencia en pantalla, es un actor bello, interesante y con carisma con grandes ideas y muy divertido", afirma.

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