Desde la CDMX, un Haragán muy trabajador

A punto de soplar 30 velitas como grupo de rock consolidado y más de 40 como compositor, Luis Álvarez “El Haragán” vino a mover recuerdos, dar libertad y expresar todo lo que hay en su alma ante un público fiel que lo ha visto crecer desde el norte durante casi toda su trayectoria.

La Sociedad Manuel Acuña fue el hogar de esta estrella de rock mexicana cantautor de “Raíces”, “Mi Muñequita Sintética”, “Él no lo Mató”, “Purgante de Amor” y “No Estoy Muerto” (entre otras); la agrupación hizo reventar el lugar con su gran propuesta musical con tintes de Blues, Funk, Reggae, Heavy Metal, Punk, Rock and Roll y Ritmos Latinos.

Pero horas antes de la presentación, “El Haragán” citó a VMÁS en exclusiva en un restaurante al norte de la ciudad para animar a la nueva generación a escucharlo, sentir y vibrar con el rock; además de agradecer a todo su público por cada aplauso desde sus inicios cuando apenas soñaba con que su colonia escuchara de él.

“Mi meta en mis inicios era muy sencilla: tocar en la cuadra donde yo vivía; que escucharan mis canciones, sorprender a alguien ahí que me oyera. Después de la cuadra, vino la colonia, luego la delegación, la ciudad y después nos expandimos a otros municipios, otros países y heme aquí en Saltillo”, comentó Álvarez, originario de la colonia Las Palomas en Tlalnepantla Edo. de México.

ASÍ COMENZÓ TODO...

Pese a que el nombre es “El Haragán y compañía”, Luis deja en claro que todo es trabajo en equipo: “En realidad es un grupo. Yo lo visualizo como un grupo y no es que sea yo solista”, explicó y narró nuevamente que el nombre surgió cuando apenas iba abriendo sus alas al paraíso musical en un concurso de CDMX.

“Yo compuse una canción cuando tenía 14 o 15 años que se llama ‘El Haragán’ precisamente, con esa rola participé en un evento donde el presentador se equivocó y pensó que el nombre de la canción era nombre de mi personaje; dijo: ‘con ustedes ‘el haragán’. Como tuvo cierta importancia el evento, al otro día todos hablaban de ‘El Haragán’ por aquí y por ahí; yo les decía ‘no soy el haragán’”, contó entre risas por tan gratos recuerdos, cuando le impusieron el nombre que lo haría famoso un tiempo después.

“Me llaman así por la canción que hice estando en la secu. Me salí… más bien me corrieron y tomé un año sabático en el que estaba de ‘haragán’, de flojo y ahí es cuando surge la inspiración para hacer canciones para componer y en realidad la explicación ya filosófica es que un haragán o un autor o un cantante e incluso el propio Albert Einstein necesitaba momentos de esparcimiento, de ocio para poder pensar en el universo así como los grandes escritores y artistas necesitan tiempo… ocupan caminar en el mar, no pensar en nada para que de ahí surja el arte”.

VIVA EL ROCK

Está claro que desde sus siete años de edad “El Haragán” ya sabía su misión en la vida: llevar música al alma de las personas.

“Yo compongo desde los 10 años… gracias al Espíritu Santo”, dijo libremente. “Tuve una visita nocturna y ahí está, vi al Espíritu Santo y me regaló mil canciones. Tenía una historia de sufrimiento de niño, de abandono y eso y fue como un consuelo; de pronto empecé a componer y no paré ni paro hasta el día de hoy”, narró con fe y seguridad en la existencia de ese ángel de la música.