Discurso completo de Leonard Cohen en los Premios Príncipe de Asturias
COMPARTIR
TEMAS
El jurado destacó en junio 2011 cómo Cohen había creado un "imaginario sentimental" en el que poesía y música se funden en un valor inalterable".
Además del Grammy a toda su trayectoria y un puesto en el Salón de la Fama del Rock, entre los muchos galardones que jalonaron la carrera de Leonard Cohen figura el Premio Príncipe de Asturias de las Letras.
El jurado destacó en junio 2011 cómo Cohen había creado un "imaginario sentimental" en el que poesía y música se funden en un valor inalterable". Unos meses después, cuando el maestro acudió a Oviedo -en el norte de España- a recoger el galardón, recordó su deuda con el país empezando por cómo en una traducción de Lorca había encontrado una voz que le dio "permiso" para descubrir la suya propia. A continuación, algunos párrafos clave:
"Siempre he tenido cierta ambigüedad sobre la poesía. Viene de un lugar que nadie controla, que nadie conquista. Así que me siento como un charlatán al aceptar un premio por una actividad que yo no controlo. Es decir, si supiera de dónde vienen las buenas canciones, me iría allí más a menudo."
"Mientras hacía el equipaje, cogí mi guitarra. Tengo una guitarra Conde que está hecha en el gran taller de la calle Gravina, 7, en España. Es un instrumento que adquirí hace más de 40 años (...) Y me la acerqué a la cara, miré de cerca el rosetón, tan bellamente diseñado, y aspiré la fragancia de la madera viva (...) Y una voz parecía decirme: 'Eres un hombre viejo y no has dado las gracias, no has devuelto tu gratitud a la tierra de donde surgió esta fragancia'. Así que vengo hoy, aquí, esta noche, a agradecer a la tierra y al alma de este pueblo que me ha dado tanto. Porque sé que un hombre no es un carnet de identidad y un país no es solo la calificación de su deuda.
"Ustedes saben de mi profunda conexión y confraternización con el poeta Federico García Lorca. Puedo decir que cuando era joven, un adolescente, y buscaba una voz en mí, estudié a los poetas ingleses y conocí bien su obra y copié sus estilos, pero no encontraba mi voz. Solamente cuando leí, aunque traducidas, las obras de Federico García Lorca, comprendí que tenía una voz. No es que haya copiado su voz, yo no me atrevería a hacer eso. Pero me dio permiso para encontrar una voz, para ubicar una voz, es decir, para ubicar el yo, un yo que no está del todo terminado, que lucha por su propia existencia."
"Un día, a principios de los 60, estaba de visita en casa de mi madre en Montreal. Su casa está junto a un parque (...) y había un joven tocando la guitarra. Tocaba una guitarra flamenca y estaba rodeado de dos o tres chicas y chicos que le escuchaban. Y me encantó cómo tocaba. Había algo en su manera de tocar que me cautivó. Yo quería tocar así y sabía que nunca sería capaz. Así que me senté allí un rato con los que le escuchaban y cuando se hizo un silencio, un silencio apropiado, le pregunté si me daría clases de guitarra. Era un joven de España, y solo podíamos entendernos en un poquito de francés, él no hablaba inglés. Y accedió a darme clases de guitarra".
"Esos seis acordes, esa pauta de sonido de la guitarra han sido la base de todas mis canciones y de toda mi música. Y ahora podrán comenzar a entender las dimensiones de mi gratitud a este país. Todo lo que han encontrado de bueno en mi trabajo, en mi obra, viene de este lugar. Todo lo que ustedes han encontrado de bueno en mis canciones y en mi poesía está inspirado por esta tierra”.