Groucho Marx, 125 años del maestro del humor

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El cómico contaba chistes a todas horas sin importarle a quién pudiera ofender, tanto en su vida real como en sus conocidas películas.
NUEVA YORK.- Frases como “Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien”; “Nunca olvido una cara, pero con la suya voy a hacer una excepción”; “No reírse de nada es de tontos: reírse de todo es de estúpidos” o “Nunca pertenecería a un club que me admitiera como socio” han salido de la boca de este brillante cómico nacido el 2 de octubre de 1890, en Nueva York, ahora hace 125 años.
Su levita, sus enormes gafas postizas y su gran bigote le convirtieron en todo un símbolo de la comedia del siglo XX. A pesar de que él comentase que, “partiendo de la nada, logró alcanzar la absoluta miseria”.
Groucho Marx contaba chistes a todas horas sin importarle a quién pudiera ofender, tanto en su vida real como en sus conocidas películas, como cuando, en una ocasión, en la que fue invitado a México e informado de que al día siguiente sería recibido por el presidente, preguntó: “¿Y quién me garantiza que mañana a las tres seguirá siendo presidente?”.
Su primera película “Humor Risk” no tuvo ningún éxito, pero unos años después firmaron un contrato con Paramount, con la que grabaron “The Cocoanuts”, el filme que terminó abriéndole las puertas de Broadway.
Su exitoso humor hizo que la Metro Goldwin Mayer también se interesase por ellos, y de este acuerdo salieron algunos de sus filmes más recordados.
Sin embargo, el verdadero sueño de Groucho fue ser escritor, algo que también lograría años después con su libro “Las Cartas de Groucho”, en el que escribió una de sus más célebres frases: “No me interesa pertenecer a ninguna organización social capaz de aceptarme como miembro”.
Aunque Groucho sólo se quejó a lo largo de su vida de una cosa, de que le atribuyesen muchas frases que, según él, nunca había dicho. Una de esas atribuciones es su supuesto epitafio “Perdonen que no me levante”, pues en la placa negra que cubre su nicho sólo figuran su nombre, fechas de nacimiento y muerte.
El genial cómico murió de una neumonía en Los Ángeles el 19 de agosto de 1977, a los 86 años, autor de un humor sin edad.