Jonah Hill; el cómico que quiere dejar de hacer reír

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/ 11 septiembre 2016

El actor, dos veces nominado al Oscar, estrena la comedia negra ‘Juego de Armas’

MADRID.- Jonah Hill no elige ningún proyecto por casualidad. El actor, dos veces nominado al Oscar, ha tenido que pelear por cada oportunidad y cada cambio de registro. Y por el camino ha pronunciado numerosos noes a grandes producciones. Un actor como él, con un físico poco habitual entre las estrellas de Hollywood, ha necesitado saber elegir para dejar a un lado el registro cómico que le dio el reconocimiento en sus primeros años, con “Virgen a los 40”, “Supersalidos” y “Paso de ti”, y forjar relaciones Tarantino, Scorsese, los Coen o los Duplass. Acometió así una transición complicada: “Cuando haces reír, es muy difícil que Hollywood te vea de otra manera, pero no estoy cómodo haciendo siempre el mismo registro”. Esta transformación no significa que tenga nada contra la troupe de Apatow. Todo lo contrario, los define como sus amigos. Su carrera simplemente está en otra fase: “A medida que voy madurando, me veo más como cineasta”.

No es casual que cuando acabe la promoción de “Juego de Armas”, irá directo a Los Ángeles para sentarse en la silla de director con su primer largometraje: un filme en parte biográfico sobre un grupo de adolescentes creciendo en los noventa con la cultura del skate de fondo. No esconde que está deseoso de empezar. Hasta se ha dejado una frondosa barba de director. “Yo no aparezco, así que tengo muchas ganas de ponerme a trabajar con los actores más jóvenes”.
Martin Scorsese, cineasta que le llevó al teatro Dolby por segunda vez con “El Lobo de Wall Street”, le enseñó la lección más valiosa para este nuevo reto: “Da la sensación de que deja que la película evolucione por sí misma. Todo es muy metódico, pero acepta los cambios y hace que todo se transforme en pleno rodaje”.

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El responsable de “Casino” también inspiró notablemente “Juego de Armas”, con la que el director Todd Phillips decide aparcar la comedia más pura de Resacón en Las Vegas para narrar la increíble historia real de dos traficantes de armas veinteañeros (Miles Teller es el otro). Hay narrador en off, diálogos rápidos e incluso un Hill en un papel con muchas similitudes al del bróker que compartía fiestas y fechorías con Leonardo DiCaprio. “No tiene escrúpulos y manipula a todos por dinero, pero tiene carisma. Es el primer papel con el que no he empatizado. La única manera de sentir algo fue darme cuenta de que estaba completamente solo”.  Si bien Phillips sostiene que “el verdadero villano de la cinta no son ellos, sino EU, que hace todo lo posible para mirar a otro lado”. Una especie de Uno de los nuestros donde acaba envuelto desde el Pentágono hasta el ejército estadounidense, quienes convierten el comercio de armas en Irak y Afganistán en su negocio privado.

“Era increíble que lo que contaba ese artículo no fuera portada de todos los periódicos. Te das cuenta de cuántas historias desconocemos”, exclama Hill, que fue el primero en sentirse atraído hacia la historia cuando leyó en la revista Rolling Stones cómo estos amigos habían utilizado a los altos mandos militares para enriquecerse mediante el tráfico de armas. “No hay nada más interesante que la realidad. Lo que más me inspira son los documentales. Nosotros no queremos cambiar el mundo con esta película, pero ¿has visto el documental sobre O. J. Simpson [O. J.: Made in America]? No habrá mejor película este año”. Aunque todavía no tenga tema central, le gustaría que su segundo filme como director fuera, precisamente, un documental.

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Mientras tanto, Hill contempla una carrera alejada de los focos: “No me voy a retirar de la actuación, pero es todo equilibrio. Sí, haría otro ‘Infiltrados’ en clase si tuviéramos la fórmula, porque me encanta trabajar con Channing [Tatum], pero ahora estoy interesado en otras cosas”. Entre esas facetas a desarrollar está la de guionizar para amigos como James Franco comedias como “Why Him?”, que se estrena en diciembre en EU. El nombre de Hill también aparece junto al de los inseparables Seth Rogen y Evan Goldberg en la animada “La fiesta de las salchichas”, sobre un grupo de perritos que trata de evitar ser devorado vivo.  “Tuvimos la idea hace una década, aunque yo no he vuelto a ella. Con proyectos como ese descubrí que tenía que buscar algo que me apasionara tanto como eso apasionaba a mis amigos ¿En qué podría trabajar el resto de mi vida y dedicarle todas mis fuerzas?”.

La respuesta llegó en forma de ese proyecto tan cercano a su juventud de cuya producción se encarga Scott Rudin y su amigo Bennett Miller, quien le regaló en “Moneyball” uno de sus papeles más contenidos y serios, alejados del histrión desagradable y egocéntrico que se repite en su carrera. “Mis películas favoritas son las que mezclan la comedia más divertida y el drama más trágico”. 

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