‘Ta, ta, ta’: Adiós a Rubén Aguirre, el Profesor Jirafales
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El actor estuvo internado 11 días, pero regresó a su casa donde, el miércoles cumplió 82 años.
Con su 1.90 metros de estatura, su bigote negro espeso y sus imponentes gritos, el “Profesor Jirafales” hubiera dado miedo en cualquier escuela, pero en la del Chavo del Ocho, daba risa. El papel que encumbró a la fama al actor saltillense Rubén Aguirre era el de un hombre serio que se derretía por una mujer.
Y fue el “señor Barriga”, el dueño de la vecindad del Chavo, quien informó por Twitter del fallecimiento, por neumonía, de uno de los intérpretes más emblemáticos de la televisión mexicana.
“Mi profesor favorito descansa en paz... Hoy mi gran amigo Rubén Aguirre parte de este plano. Te extrañaré mucho”, escribió en su cuenta Édgar Vivar, el mejor amigo del saltillense.
Su muerte llegó dos años después de la de Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, en Cancún.
Aguirre participó en los programas que forman parte de la memoria televisiva de México, pero también de millones de espectadores en toda América Latina: desde El Chapulín Colorado hasta Los Chifladitos, donde Aguirre hacía de Lucas Tañeda, su personaje favorito, y
“Chespirito”, de Chaparrón Bonaparte. Ellos mismos se describían como “una pareja de locos inofensivos”. Aguirre siempre saludaba a su compañero y amigo con la misma frase: “¿Sabías que la gente sigue diciendo que tú y yo estamos locos?”.
Su romance televisivo con “doña Florinda” en El Chavo del Ocho se convirtió en un clásico para miles de niños en los ochenta y noventa.
Como ocurrió con la mayoría de frases de la serie, su característico “ta, ta, ta”, repetido una y otra vez, se puso de moda entre los dichos de la época.
Aguirre nació en 1934 en Saltillo. Le sobreviven 7 hijos y 16 nietos. Uno de sus hijos, Rubén, “El mago Shadái”, quien vive en Saltillo, partió a Puerto Vallarta para asistir a los funerales de su padre.