"Tan cierto hoy como lo era en 1968": Stan Lee sobre el peligro del Ku Klux Klan
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Los recientes ataques neonazis en Estados Unidos han echo que la recordemos
Stan Lee, creador de gran numero de personajes del universo de Marvel como Siperman, Hulk o Ironman volvió a ser noticia en estos últimos días y no necesariamente para aparecer en un cameo en sus ya multimillonarias películas de superhéroes. En esta ocasión se le recordó por una carta que escribió en el lejano año de 1968.
La carta se publicó en el mismo año en que Martin Luther King fue asesinado. Los recientes actos de violencia por parte de manifestantes neonazis en Charlottesville, Estados Unidos, hacen que la carta siga teniendo gran relevancia y Stan Lee lo sabe.
El guionista de 94 años ha recuperado la carta desde su cuenta de Twitter con un contundete mensaje: "Tan cierto hoy como lo era en 1968. Paz y justicia".
Traducción:
El racismo y la intolerancia se cuentan entre las peores plagas sociales que afectan al mundo, pero a diferencia de un grupo de supervillanos disfrazados, no son algo que pueda combatirse con un puñetazo en los morros o una pistola de rayos. La única manera de destruirlos es exponerlos, revelarlos como el insidioso mal que son en realidad.
La intolerancia es un odio irracional, un odio ciego, fanático e indiscriminado. Si su objetivo son las personas negras, odiará a todas las personas negras. Si un pelirrojo le ofendió una vez, odiará a todos los pelirrojos. Si un extranjero le superó en un puesto de trabajo odiará a todos los extranjeros sin excepción.
La intolerancia odia a personas que nunca ha conocido con la misma intensidad, con el mismo veneno. No podemos esperar de forma razonable que un ser humano no moleste a otro en algún momento, pero aunque todos tenemos el derecho de que no nos guste otra persona, lo que es completamente irracional y desquiciado es condenar toda una raza, despreciar a toda una nación, vilipendiar toda una religión.
Tarde o temprano, debemos aprender a juzgar a los demás por sus propios méritos. Tarde o temprano, si el ser humano quiere ser digno de su propio destino, debemos llenar nuestros corazones de tolerancia. Entonces y solo entonces seremos dignos del concepto de que hemos sido creados a imagen y semejanza de dios, un dios que nos considera a todos como sus propios hijos.
Paz y Justicia.