Ya lo decía don Enrique: ‘Apolo no es Guzmán’, revela Alejandra
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‘La Reina de Corazones’ se sinceró respecto a la supuesta no paternidad de su hermano Luis Enrique y el engaño de Mayela Laguna.
Alejandra Guzmán no sólo tiene que lidiar con la ausencia de su hija Frida Sofía, sino también con la de Apolo, el menor que creía su sobrino, pero que de acuerdo a una prueba de ADN realizada por su hermano Luis Enrique, el niño no es su hijo, por lo tanto no es un Guzmán Pinal como lo creía la familia, suceso que ha sido difícil de asimilar para la familia, así lo reveló la cantante en entrevista con Pati Chapoy.
La artista de 55 años, que estrenó hace unos días la canción “Milagros”, dedicada a su hija, mantiene la esperanza de que tras dos años de distanciamiento, por fin se pueda dar un reencuentro entre ellas, pues aunque reconoce que han pasado muchas cosas desagradables entre ellas, el amor sigue intacto, y aunque volver a abrazarla es lo que más desea, admite que tal vez tendrá que pasar más tiempo para que ese momento ocurra.
Mientras tanto, la Guzmán se enfoca en ella, en cuidarse y en cuidar de su madre, la legendaria actriz Silvia Pinal, quien cumplirá este octubre 93 años, y cuenta, se encuentra, dentro de lo que cabe, bien de salud, estable, pese al fuerte golpe que recibieron al enterarse que el pequeño Apolo, quien era la alegría de la familia, no era un Guzmán.
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Alejandra Guzmán recordó que su padre, Enrique Guzmán, le dijo en su momento que para él, el niño Apolo, supuesto hijo de Luis Enrique y Mayela Laguna, no era un Guzmán, aseveración que Alejandra no creyó: “Mi papá también me dijo ‘ese niño no es Guzmán’ y yo le dije a mi papá ‘¿cómo?’”; la cantante comentó que había una cierta sospecha de ello por algunos comentarios y acciones que la familia notó, sin embargo, el amor que le dieron todos al menor fue sincero, por lo que Alejandra tiene la esperanza de que el niño no recuerde lo que está pasando y en un futuro se reencuentren.
Sin mencionar el nombre de Mayela Laguna, madre de Apolo, y quien afirma que el menor sí es hijo de Luis Enrique, la Guzmán lamentó el engaño y la mentira de la que fueron víctimas como familia.
”Qué fuerte es el engaño, el abuso, la mentira, formando una familia completa en una mentira; mi mamá, hermano y yo sí estamos impactados, pero creo que por algo lo pusieron en nuestra familia, creo que de alguna manera le sembramos mucho amor, lo recuerdo con mucho amor, algún día va a volver como yo volví a ver a mi papá y lo busqué, porque siempre te queda esa intriga, ganas de saber”, consideró.
”Sí nos engañó a todos, pero la mentira dura hasta que la verdad llega”, dijo Alejandra, quien reconoció que sigue encariñada con Apolo pero que para sobrellevar este nuevo embate de la vida, ella se apoya con la terapia, además de que está con un neuropsiquiatra y está tomando antidepresivos.
Como hermana de Luis Enrique, quien dio a conocer la noticia de su no paternidad de Apolo, a través de un comunicado en redes sociales hace unas semanas, expresó que le duele ver cómo sufre: “Ha sido duro ver el sufrimiento de mi hermano, el engaño, el duelo que está viviendo , que haya sido de un día para otro y que te arranquen del corazón un amor tan grande”.
La voz de la “Reina de corazones” contó que la familia no la ha pasado nada bien, pues han recibido extorsiones por el caso del niño Apolo, y recordó otros momentos desagradables en el que Mayela Laguna, su ex cuñada, ha estado involucrada.
”No me gusta que extorsionen a mi familia y hasta ahí llegó, al robo de la casa de mi mamá, extorsión, mentiras, abusos, muy feo, que no se lo merecen ni mi hermano ni mi madre ni el niño ni nadie”, dijo.
Alejandra Guzmán negó que su sobrino Apolo estuviera en su testamento y reveló que se sabrá a quién le va a dejar sus cosas cuando se muera, aunque bromeó al decir que mejor se lo gasta ella antes de que se muera; aunque la rockera está triste por la revelación sobre Apolo, fue hace dos años cuando vivió lo más duro con el distanciamiento de su hija Frida Sofía, por lo que la cantante ha aprendido a blindar su corazón para que no se lo vuelvan romper “en pedazos”.