Solar Orbiter revela el misterio del origen del viento solar ‘lento’

- Ciencia y más
/ 28 mayo 2024

El viento solar puede viajar a cientos de kilómetros por segundo. Ahora, gracias a los datos recogidos por la misión Solar Orbiter, los científicos pueden comprender más acerca del origen de este fenómeno

PARÍS- Se entiende como viento solar al flujo continuo de partículas de plasma que salen despedidas desde el Sol al espacio. Cuando estas viajan a más de 500 km por segundo se le conoce viento “rápido”, mientras que cuando va a menos de 500 km/s, es denominado como “lento”.

En un artículo publicado en el sitio web de la Agencia Espacial Europea titulado “ESA’s Solar Orbiter traces solar wind to its source”, detalla que “el viento solar es el aguanieve interminable de partículas cargadas eléctricamente que emite el Sol. Es muy variable, cambiando sus características como velocidad, densidad y composición, según de qué parte de la superficie del Sol provenga”.

TE PUEDE INTERESAR: Solar Orbiter llega a 77 millones de kilómetros de Sol, su primer encuentro cercano con nuestra estrella

En algunas ocasiones, estas partículas solares colisionan con la atmósfera de la Tierra dando lugar a las sensacionales auroras boreales que las personas pueden ver en el cielo, sin embargo, cuando el Sol libera grandes cantidades de plasma, este fenómeno puede ser peligroso provocando considerables daños tanto a los satélites, como a sistemas de comunicación.

Los científicos llevan décadas llevando acabo observaciones sobre este fenómeno sin embargo, aún desconocen las fuentes y los mecanismos por el que se libera, acelera y conduce al plasma del viento solar hacia nuestro sistema solar, en específico el viento solar lento.

En este sentido, la ESA precisa que “a pesar de décadas de estudio, ciertos aspectos del origen del viento solar siguen siendo poco conocidos. Y cuando el viento llega a la Tierra, muchos de los detalles se han borrado, lo que hace prácticamente imposible rastrearlos hasta regiones específicas de la superficie del Sol”.

MISIÓN SOLAR ORBITER

Con el objetivo de estudiar este fenómeno solar, en 2020, la ESA, con apoyo de la NASA, lanzó la nave Solar Orbiter que, que además de captar las imágenes más cercanas y detalladas de nuestro Sol nunca antes hechas, también obtiene datos que mide y vincula el viento solar con su zona de origen en la superficie del Sol.

Para realizar esta tarea, Solar Orbiter cuenta con diez instrumentos científicos, mismos que recogen y analizan las muestras del viento solar cercanas a la nave, y a su vez captan imágenes de alta calidad de la actividad en la superficie del Sol.

Gracias a esta combinación de datos ha posibilitado a los científicos lograr identificar por primera vez en dónde se origina el viento solar lento y que les ha ayudado a indagar cómo este viento abandona el Sol y se va hacia la heliosfera, que la enorme burbuja que rodea al Sol y a sus planetas y que, al mismo tiempo protege al sistema solar de la radiación.

TE PUEDE INTERESAR: Solar Orbiter nos regala con éstas imágenes una vista asombrosa del Sol

Como Solar Orbiter viaja muy cerca del Sol, podemos captar la compleja naturaleza del viento solar y obtener una imagen mucho más clara de sus orígenes y de cómo esta complejidad se ve impulsada por los cambios en las diferentes regiones de origen”, detalla Steph Yardley, de la Universidad de Northumbria (Newcastle upon Tyne) y líder de la investigación que fue publicada en la revista Nature Astronomy

SE CONFIRMA LA TEORÍA

Los científicos consideran que la diferencia entre la velocidad del viento solar rápido y lento es debido a las distintas zonas de la corona del Sol, que es la capa más externa de su atmósfera y es en donde se originan.

Uno de los propósitos la misión Solar Orbiter, es precisamente probar la teoría de que el viento solar lento tiene su origen en la corona cerrada y escapa al espacio a través de un proceso de ruptura y reconexión de las líneas de campo magnético. Esta teoría quedó comprobada.

Para llegar a este resultado, el equipo científico llevó acabo una medición de la “composición” de las corrientes de viento solar, mismas que varían de acuerdo a su procedencia: la corona cerrada, más caliente, frente a la corona abierta, más fría.

Para poder relacionar los dos conjuntos de datos, los astrónomos hicieron uso de un software en línea llamado Herramienta de Conectividad Magnética, que fue desarrollado para respaldar la misión Solar Orbiter”, apunta la ESA.

La Agencia Espacial Europea añade que “los datos sin procesar para la herramienta de conectividad provienen del Global Oscillation Network Group, una serie de seis telescopios solares repartidos por todo el mundo que monitorean continuamente las oscilaciones en la superficie del Sol. A partir de estas observaciones, el modelo informático calcula cómo se propaga el viento solar a través del Sistema Solar”.

Gracias a los instrumentos con los que cuenta Solar Orbiter, el equipo consiguió hacer un análisis de la actividad en la superficie del Sol y después compararla con las corrientes de viento solar recogidas por la nave.

Por otra parte, a partir de las imágenes de la superficie solar los investigadores lograron determinar que las corrientes de viento lento tenían su origen desde una zona en la que confluían la corona abierta y la corona cerrada, con lo que consiguieron demostrar la teoría de que el viento lento es capaz de escapar de las líneas de campo magnético cerradas mediante el proceso de ruptura y reconexión.

Desde el principio, uno de los principales objetivos de la misión Solar Orbiter ha sido relacionar los fenómenos dinámicos del Sol con su impacto en la burbuja de plasma que rodea la heliosfera”, comentó Daniel Müller, científico del Proyecto Solar Orbiter de la ESA, y prosiguió explicando que ”para conseguirlo, tuvimos que combinar observaciones remotas del Sol con mediciones in situ del viento solar a su paso por la nave”.

El resultado confirma que Solar Orbiter es capaz de establecer conexiones sólidas entre el viento solar y sus regiones de origen en la superficie solar. Este era un objetivo clave de la misión y nos abre el camino para estudiar el origen del viento solar con un detalle sin precedentes”, concluye Müller.

Yardley considera que para las próximas investigaciones, “será muy interesante usar los datos de Solar Orbiter y hacer también una comparación con conjuntos de datos de otras misiones cercanas, como la Parker Solar Probe de la NASA” .

Con información de la Agencia EFE y Agencia Espacial Europea.

COMENTARIOS

Selección de los editores