Medallas para mexicanos en XXI Olimpiada Iberoamericana de Química

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/ 26 septiembre 2016

Estudiantes de nuestro país ocupan los primeros lugares de la competencia celebrada en la capital colombiana. A la fecha, el país cuenta con 21 preseas de oro, 38 de plata y 24 de bronce

Los estudiantes mexicanos Miguel Bribiesca Argomedo, Víctor Osvaldo Hernández Lima, Jesús Aguirre Escalante y Belén Escobar Martínez representaron a nuestro país en la XXI Olimpiada Iberoamericana de Química en Bogotá, Colombia, del 19 al 24 de este mes, donde obtuvieron dos medallas de oro, una de plata y una de bronce.
 
Los exámenes para esta competencia en la que también participaron concursantes de otras 16 naciones más estuvieron basados en temas sobre química analítica, química inorgánica, química orgánica, química física y técnicas experimentales. "Se reflejó un nivel muy parejo, por eso podemos definir la participación de nuestro equipo como muy buena", señaló la doctora Antonia Dosal, coordinadora de la Olimpiada Nacional de Química (ONQ) de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
 
Mencionó que los doctores Armando Marín y Octavio Reyes, que son parte del comité organizador, acompañaron a los estudiantes quienes ya son "una generación más que queda tocada por este gran programa que impulsa la AMC".
 
Además, "venimos muy contentos porque solo los equipos de Argentina y México tuvieron dos oros. Se repartieron 7 primeros lugares, 11 de segundo y 16 de tercero. "Quedamos muy bien, la competencia estuvo muy pareja, el nivel fue bastante alto, y estamos seguros de que hay jóvenes con talento en todo el país,  por eso invito a los jóvenes acercarse a las convocatorias y enterarse de las oportunidades que existen en el campo de las olimpiadas".
 
El testimonio de los medallistas
El mexiquense Víctor Osvaldo Hernández Lima, de 18 años, quien cursa la licenciatura de Química y que recientemente regresó con una medalla de bronce de la 48 Olimpiada Internacional de Química, al igual que Bribiesca Argomedo, y que en esta ocasión ambos obtuvieron oro en la competencia iberoamericana, expresó:
 
"Me sentí muy nervioso. Fue una experiencia más cálida que la de la Olimpiada Internacional realizada en Tbilisi, Georgia, quizá porque todos hablamos el mismo idioma, tuvimos intercambio de regalos, dulces, monedas, cultura. Por eso quiero decir a otros chavos que se metan a las olimpiadas que tiene la Academia, porque aunque hay que hacer un poco de  esfuerzo, la recompensa es muy bonita, como conocer otras partes del mundo y tomar afición por esta bella actividad que es la ciencia", compartió.
 
El sonorense Jesús Ariel Aguirre Escalante (18), estudiante de la carrera de Ingeniería Química, quien regresó con una presea de plata, reconoció que "los exámenes no fueron muy complicados, pero el principal reto fue el tiempo, estuvimos a contrarreloj con pruebas extensas. La práctica de física química fue, en mi opinión, lo más difícil para mí".
 
Sobre la experiencia de participar en actividades de este tipo, comentó que es divertido desde la tapa estatal y una buena oportunidad para definir alguna vocación. “A mí me gustaba la química desde secundaria, pero en preparatoria me enteré de la Olimpiada Nacional de Química y me reafirmó el gusto por esta materia, estoy pensando en acercarme con investigadores para adentrarme más a esa área”.
 
La veracruzana Belén Guadalupe Escobar Martínez (17), también estudiante de Ingeniería Química, ganadora de la presea de bronce, expresó que la ceremonia de premiación fue la que más nervios le hizo sentir, más incluso que los mismos exámenes, y lo que más le gustó fue la convivencia por el intercambio cultural que se da, dijo en entrevista a su llegada a la Ciudad de México.
 
La joven es un claro ejemplo de la perseverancia, pues aunque el año pasado obtuvo medalla de oro en la etapa nacional, no fue seleccionada para ninguno de los equipos que representaron a nuestro país en competencias internacionales. Así que este año volvió a pasar por todo el proceso de elección: ganar a nivel nacional, integrar la delegación, viajar y participar en la Olimpiada Iberoamericana y regresar con el bronce. "No cabe duda que  vale la pena esforzarse, la recompensa es la felicidad y satisfacción que se siente".
 
Aseguró que su gusto por la química nació de la Olimpiada, "me di cuenta que es un área muy bonita desde donde se pueden explicar muchos fenómenos y es muy completa como ciencia, por eso pienso acabar la carrera y ser investigadora aunque no sé por ahora cuál sea mi especialización.

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