Entre los cuadros de la exposición había un desnudo femenino. El señor no pudo menos que notar el enorme parecido de la modelo con su mujer. Le preguntó, atufado y receloso: ‘¿Acaso posaste desnuda para ese pintor?’
Quienes tuvimos la fortuna de asistir a la función gozamos a plenitud esa gozosa noche de ópera, y puestos en pie aplaudimos largamente a quienes con su talento y su dedicación al arte lírico han añadido un timbre más de orgullo a la fama que Saltillo tiene en el país, de ciudad culta.
Cuando López Obrador gritó: ‘¡Viva la Cuarta Transformación!’, lo que en verdad quiso decir fue: ‘¡Viva yo!’. Tal grito fue al mismo tiempo rúbrica –provisional– de su sexenio y aviso a la futura Presidenta de que tendrá que continuar su obra
A más de que el señor se ha caracterizado siempre por ser un redomado mentiroso, todo indica que seguirá ejerciendo el poder. Aseguró su dominio sobre Morena al poner a su hijo Andy en el segundo puesto de importancia en la organización
Los guardianes de los cementerios están acostumbrados a ver cosas extrañas. No por parte de los muertos, que son en general de naturaleza pacífica, sino de los vivos, capaces de todas las rarezas
En el curso de la visita, terminado el piscolabis de pastelillos con rompope, sucedió algo que hizo decir a la anfitriona: ‘No sabía, amigo mío, que fuera usted tan atrevido. ¡Mire que tocarme ahí!’
Acaba de aparecer una publicación del prestigiado Centro de Estudios Universitarios, CEU, de Monterrey. En ella su rector, el ingeniero Antonio Coello Valadez, me dedica esas palabras que hablan más de la bondad de quien las dice que de los méritos de aquél a quien las palabras se refieren
Este amigo mío hizo un travieso libro cuyo título es ‘Con Permiso de Catón’, en el cual recoge un buen número de cuentos que al paso de los años he contado
Gran fortuna tenemos los mexicanos al contar con cervezas de tanta calidad. Que eso nos compense, siquiera sea en parte, de los sinsabores que nos han causado los gobiernos
En el mingitorio un señor que padecía un tic consistente en cerrar los ojos una y otra vez observó que el pequeño señor que estaba al lado hacía lo mismo
Aceptó la apuesta el conejito y arrancaron los dos a la voz de ya. Ni siquiera se acercaba todavía al árbol el conejito cuando el pequeño topo asomaba ya en la meta
Un tipo estaba en el hospital, vendado de la cabeza a los pies... ‘¿Qué te sucedió?’. Respondió el lacerado: ‘Me golpeó un compadre’... Porque le di la razón’
En su más reciente número –el cuatro– hizo una crítica del alcalde del lugar. El señor prometió en su campaña que al llegar al fin de su mandato no habría en el pueblo un sólo poste sin su respectiva farola. No puso farolas, pero quitó postes