Fue entonces con San Pedro y le pidió que lo enviara a otro sitio, pues en la morada celestial no se sentía a gusto. El apóstol de las llaves le dijo que el otro lugar era el infierno. ‘Pues ahí voy’ –aceptó el tipo–
Los habitantes cercanos al Cráter de Batagaika advirtieron que escucharon “ruidos siniestros” y divisaron ‘figuras fantasmagóricas’ alrededor del cráter