Los casos de malaria, una enfermedad común en África y en la India, pero no en Estados Unidos, merecieron la activación de una alerta por parte de las autoridades sanitarias de Florida, que pidieron a la población tomar precauciones y evitar zonas con fuerte presencia de mosquitos.
En el último informe del año sobre la evolución de la malaria de la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el número de decesos por malaria el año pasado fue 627,000.
Cree que los esfuerzos de los países africanos para atajar la pandemia de la COVID-19 no deben eclipsar la atención que merecen otras enfermedades como la malaria.
Con un un novedoso proyecto piloto antimalaria rocían los los arrozales de Cheju, en Tanzania haciendo uso de drones y así evitar que las millares de larvas se transformen en mosquitos.