La OMS quiere dar la vacuna de la malaria a un millón de niños
La inmunización ha demostrado una eficacia de en torno al 30% en menores de 5 años
La Organización Mundial de la Salud ha pedido hoy más pruebas antes de recomendar el uso general de la vacuna de la malaria, la primera que existe contra un parásito. La agencia sanitaria de la ONU ha recomendado que hasta un millón de niños reciban la inmunización en estudios piloto para demostrar la viabilidad del tratamiento. La vacuna ha demostrado una eficacia de en torno al 30% en niños, y con esta recomendación se pretende estudiar si es viable dar las cuatro dosis necesarias para la inmunización y, también, explorar los efectos secundarios observados durante los ensayos clínicos anteriores, en los que participaron unos 16.000 niños
En 2013 se registraron 198 millones de casos de malaria y 584.000 muertes, la inmensa mayoría en África y entre niños de menos de cinco años. La nueva vacuna tiene una eficacia variable según la edad. Es del 36% en niños vacunados a partir de los cinco meses y del 27% entre los vacunados a partir de las sesis semanas. Su uso se concibe como complementario a las medidas actuales de prevención y tratamiento de la enfermedad.
Una vez analizada la eficacia de la vacuna, el próximo reto es logístico y de salud pública. La inmunización requiere cuatro dosis. Las tres primeras se dan una cada mes y después hay que esperar 18 meses para la cuarta. Esta última es crucial para conseguir la protección contra la malaria, ha señalado Jon Abramson, jefe del grupo asesor de la OMS sobre inmunizaciones. Pero esa dosis también requiere un contacto adicional con los centros sanitarios en los países afectados fuera de los calendarios normales de vacunación. “Antes de recomendar el uso generalizado de la vacuna”, ha dicho hoy en una rueda de prensa en Ginebra, será necesario hacer entre tres y cinco estudios pilotos “para asegurarnos si podemos dar esa cuarta dosis”, ha señalado. El experto también ha resaltado que la vacuna, a “un precio de unos cinco dólares por dosis [20 por un tratamiento completo], es una de las medidas más efectivas desde el punto de vista del coste y el beneficio que puede imaginarse”.
Las pruebas se realizarían en niños de cinco a 17 meses y realizarlas llevarán probablemente de tres a cinco años, informa Reuters. El grupo de expertos no ha recomendado el uso de la vacuna en bebés.
La vacuna la produce la multinacional farmacéutica GlaxosmithKline. Tras analizar los resultados de los ensayos clínicos, que se han realizado en varios países del Africa Subsahariana, la Agencia Europea de Medicamentos aprobó la vacuna en julio.
La vacuna RTS, S, con nombre comercial Mosquirix, actúa contra el Plasmodium falciparum (el parásito de la malaria más prevalente en África) que se transmite con la picadura de mosquitos Anopheles. La inmunización es resultado de más de 30 años de investigación en la que han participado laboratorios públicos y privados. Su desarrollo ha sido financiado en parte por la Fundación Bill & Melinda Gates. El Centro de Salud de Manhiça de Mozambique y su responsable durante años, Pedro Alonso, han jugado un importante papel en los análisis clínicos que han permitido determinar la eficacia de la vacuna.
El Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) en Mozambique han considerado la noticia "un logro sin precedentes" para la vacuna, en cuyo desarrollo han participado intensamente. Los ensayos se llevarían a cabo en regiones de África Subsahariana y "permitirán conocer su impacto fuera de un ensayo clínico, así como su efecto en los programas rutinarios de vacunación de los países, su impacto en la mortalidad infantil general y su seguridad al ser administrada a gran escala", han dicho ambos organismos en una nota de prensa conjunta.
La ONG Médicos Sin Fronteras opina que "la vacuna es un avance pero no un hito" y que es necesario seguir investigando hacia nuevas inmunizaciones con mayor tasa de protección. "La implementación de la vacuna requeriría de un programa específico y un largo seguimiento en países con sistemas de salud frágiles, a los que ya les cuesta implementar los programas de vacunación actuales, lo que no sería viable", ha señalado Nines Lima, especialista en enfermedades tropicales de la organización.
Por Nuño Domínguez / El País