Hace casi tres años, en respuesta a las protestas en defensa del agua de Baja California, se detuvo la construcción de una planta cervecera de la multinacional estadounidense Constellation Brands en la ciudad de Mexicali. El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció un acuerdo para que, mediante una “salida ordenada”, la compañía se fuera de esa región fronteriza con Estados Unidos —mercado hacia el que exportaría la totalidad de la producción de marcas tan populares como Modelo, Corona, Victoria y Pacífico— y se estableciera en Veracruz. El plazo para cumplir vence en marzo de 2023, pero la comunidad está inquieta porque no ve obras de desmantelamiento, aunque los voceros de la empresa aseguran que lo están haciendo. Lo que pocos saben es que la compañía se aferra a los títulos de concesión de agua, y, de momento, el caso está en manos de la justicia.