Mujeres que sufren de acoso por su pareja tienen más riesgo de padecer dolencias cardiacas

Bienestar
/ 12 agosto 2025

Un nuevo estudio revela que la violencia de género afecta a la salud de las mujeres ya que están en riesgo de padecer un infarto o un ictus en los años siguientes

MÉXICO- De acuerdo a un nuevo estudio que fue publicado en la revista Circulation, la violencia de género afecta a la salud de las mujeres ya que aquellas que son víctimas acoso por parte de su pareja o que tienen una orden de alejamiento, tienen más posibilidades de padecer un infarto o un ictus en los años siguientes.

Es nueva investigación fue dirigida por investigadores de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard.

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En opinión de Karestan Koenen, profesora de epidemiología psiquiátrica y autora principal “para muchas personas, el acoso no parece ser una experiencia tan grave, ya que a menudo no implica contacto físico. Sin embargo, el acoso tiene profundas consecuencias psicológicas que pueden tener implicaciones físicas”, por lo que prosigue Koenen “nuestro estudio destaca que estas formas de violencia contra las mujeres, prevenibles, comunes y sin contacto, representan riesgos para la salud y deben considerarse como tales, al igual que consideramos el tabaquismo o la mala alimentación”.

Por su parte Rebecca B. Lawn, investigadora en las universidades de la Columbia Británica en Vancouver (Canadá) y Harvard, Boston (Estados Unidos), comentó que ”aunque la violencia contra las mujeres es habitual y hay pruebas que la relacionan con consecuencias para la salud cardíaca posterior de las mujeres, los profesionales sanitarios aún no la reconocen ampliamente ni la consideran como un posible factor de riesgo cardiovascular”.

Esta es la importancia de ir más allá de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales en las mujeres y estudiar “la relación entre los tipos de violencia poco explorados y la salud cardíaca”, indica B. Lawn.

Tan solo en Estados Unidos, en donde se llevó acabo esta investigación, una de cada tres mujeres ha sido víctima de acoso en algún momento de su vida, esto según los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidenses; sin embargo, a pesar de estas cifras, los estudios cardiovasculares rara vez incluían el acoso.

$!“El acoso suele considerarse una forma de violencia que no implica contacto físico, lo que puede restarle gravedad”, acentuó B. Lawn.

Si bien investigaciones anteriores han establecido la violencia como un factor de riesgo de ECV, la mayoría de estos estudios se han centrado en las formas físicas de violencia”. explica Maya Brownstein en su artículo titulado “Stalking, obtaining restraining order linked with increased cardiovascular disease risk in women”, publicado en el sitio web de la universidad de Harvard.

Hasta ahora, añade Brownstein “muy pocos han investigado la relación entre la salud física y la violencia psicológica que sufren comúnmente las mujeres, incluyendo el acoso, y hasta la fecha, ninguno ha examinado específicamente la relación entre la ECV y el acoso. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. estiman que aproximadamente una de cada tres mujeres ha sido acosada en algún momento de su vida, con mayor frecuencia por su pareja o un conocido”.

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Con el objetivo de poder comprender el alcance que tiene en las mujeres de todas las formas de violencia de género, los investigadores decidió hacer un análisis de los datos de acoso, de órdenes de alejamiento y de dolencias cardíacas o accidentes cerebrovasculares en más de 66,000 mujeres durante veinte años.

En 2001, cuando se dio comienzo este nuevo estudio, las participantes tenían una edad en promedio de 46 años y ninguna padecía una enfermedad cardiovascular.

El estudio descubrió que el riesgo padecer enfermedades cardiovasculares era de un 41 % en las mujeres que habían sido víctima de acoso y un 70 % en aquellas que tenían una orden de alejamiento, describe Brownstein.

En general, casi el 12 % de las mujeres del estudio reportaron haber sido acosadas, mientras que casi el 6 % afirmó haber obtenido una orden de alejamiento.

Cerca del 3 % de todas las mujeres estudiadas manifestaron una nueva aparición de enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular durante los 20 años que duró la investigación.

$!“El vínculo entre el acoso y las enfermedades cardiovasculares podría deberse al distrés psicológico”, explican los autores.

De igual manera, precisa heart.org, “las mujeres cuyos historiales médicos confirmaron ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares tenían más probabilidades de haber reportado haber sido acosadas o haber obtenido una orden de alejamiento”; siendo así, añade, “los mayores riesgos de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular asociados con el acoso y las órdenes de restricción se mantuvieron a pesar de la existencia de otros factores de riesgo cardiovascular autoinformados, como conductas de salud y estilo de vida, medicamentos, problemas de salud, abuso infantil y síntomas de depresión”.

ACOSO Y VIOLENCIA

El acoso suele considerarse una forma de violencia que no implica contacto físico, lo que puede restarle gravedad”, acentuó Lawn y continúa diciendo que “sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que no debe minimizarse. El acoso puede ser crónico y las mujeres a menudo informan cambios significativos en respuesta, como mudarse”.

Esta nueva investigación insinúa que el vínculo entre el acoso y las enfermedades cardiovasculares es posible que se deba al estrés, mismo que puede alterar el sistema nervioso, así como el funcionamiento adecuado de los vasos sanguíneos y otros procesos biológicos. No obstante la investigación no analizó minuciosamente estos mecanismos.

El vínculo entre el acoso y las enfermedades cardiovasculares podría deberse al distrés psicológico, que puede afectar el sistema nervioso, deteriorar el funcionamiento adecuado de los vasos sanguíneos y afectar negativamente a otros mecanismos biológicos”, explican los autores.

Si bien, los investigadores que realizaron esta estudio defienden la que es necesario realizar más estudios y mejorar la formación de los profesionales de la salud con el propósito poder comprender de mejor manera la relación entre el acoso y el maltrato y la salud cardiovascular femenina.

Debemos aumentar la concienciación sobre los posibles daños para la salud que supone sufrir violencia y proporcionar a las mujeres ayuda y recursos”, acotan.

Entre las limitaciones a las que se enfrento este estudio, está el hecho de que las participantes, enfermeras tituladas en Estados Unidos, eran en su gran mayoría mujeres blancas no hispanas, por lo que es probable que los resultados no se puedan ajusten a otras poblaciones o grupos de personas.

Nuestros hallazgos indican que, para mitigar mejor el riesgo de ECV en las mujeres, es necesario prestar más atención a sus experiencias de violencia”, afirmó Koenen.

Por otra parte, Harmony R. Reynolds, quien es expresidenta del Comité de Ciencias de la Salud de la Mujer en Cardiología Clínica y Accidentes Cerebrovasculares de la Asociación Americana del Corazón, manifestó su pasmo por la relación que este estudio encontró entre el acoso y las enfermedades cardiovasculares.

“Se sabe que diversas experiencias vitales estresantes aumentan el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluyendo experiencias adversas en la infancia, factores de estrés financiero, duelo y otras experiencias”, explicó Reynolds.

Esto es “quizás porque es natural repensar las cosas que nos suceden, lo que nos hace experimentar la situación una y otra vez. Sin embargo, el apoyo social puede mitigar los efectos del estrés. Es útil contar con personas de confianza con quienes hablar, ya sean familiares, amigos, miembros de la comunidad o profesionales”, concluyó Reynolds.

Con información de la Agencia de Noticias EFE, Universidad Harvard, Circulation y heart.org.

Con experiencia de 15 años laborando en VANGUARDIA, en el área de redacción.

Licenciado en Psicología por la Universidad Intercontinental, maestría en psicoterapia Gestalt, especialidad en Desarrollo Humano. Se especializa en Terapia Gestalt por el Instituto Humanista de Psicoterapia Gestalt. Además, presta sus servicios como psicoterapeuta al programa Touchinglife para empleados de la empresa MAGNA en Saltillo y Ramos Arizpe desde 2010.

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