¿Cómo es vivir con trastorno de ansiedad generalizada? El testimonio de un paciente
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Vivir con ansiedad es un camino y como cualquier ruta que tomamos, jamás es lineal, hay subidones o bajadas.
Empezar a escribir esto es un cúmulo de sentimientos, entre liberador, por compartir mi experiencia, pero también asusta el “desnudarme” y dejar al descubierto mi mayor debilidad: La salud mental.
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Hace 5 años comencé a ir a terapia, a mis 23 años sentía que no lo lograba y la vitalidad “normal” parecían vivir fuera de mí, es más, era un concepto que desconocía. Aunque parecía todo perfecto: tenía un buen trabajo, amigos, una pareja “increíble”, mi familia sana y un futuro por delante.
¿La realidad? No todas las piezas encajaban y por hacerlas caber terminé con un ataque de pánico en el metro de la Ciudad de México, sin poder respirar ni moverme, es más, no recuerdo haber tenido un pensamiento en ese momento. Mi vida se pausó.
Si me preguntarán en este momento, ¿cuándo fue el momento en el que me rompí?, no podría elegir uno del amplio repertorio que tengo, son flashasos que deseo no haber vivido, pero que con el tiempo he ido resignificando.
Del colapso entendí que no todo era perfecto, es más, había cosas que no estaban para nada bien, de la chingada, diría yo. Estaba en una relación sumamente tóxica, mi familia pasaba por una crisis económica y el trabajo era bueno, pero mal pagado y agotador. ¡Qué difícil es enfrentarte la vida de adulto Riley!
Y con ese bello panorama fue como llegué con la Psicoterapeuta Catalina Estrella, con quien sigo trabajando en tener y reforzar las herramientas para cuidarme y cuidar de mi salud mental. Ahora, desde un lugar muy diferente. Un lugar mejor.
Cuando comenzamos las terapias me explicó lo que era la ansiedad y la depresión, muchos síntomas de ambos trastornos los vivía casi todas las noches (porque sí, soy parte del team ansiedad nocturna) y en algunas ocasiones, en los días; estos son anhedonia, mareos, vértigo, fatiga extrema, sudoración, hiperventilación, pensamientos intrusivos, miedo constante y sentir un “mini infarto” de segundos que parecía durar horas, y me provocaba el pensamiento “ya valió, ya me voy a morir”.
Para confirmar o descartar los trastornos se me realizaron un par de pruebas, entre ellas un electroencefalograma; me pusieron unos “chupones” en la cabeza y me pidieron hacer algunos ejercicios, parecían una tortura moderna. Terminamos. ¿El resultado? Positivo a TAG y depresión. Una ola de sentimientos, entre tristeza por no poder sola controlar mi mente o cuerpo, hasta coraje conmigo misma por ser “débil”. El siguiente paso fue tomar medicinas.
El camino no es fácil, pero aprendí, a reconocerme porque a pesar de tener días grises nunca me derrumbe ni lo he hecho, aunque aceptó cuando no puedo. Deje de pelear conmigo y las cosas imperfectas de la vida. Soy ansiosa y depresiva, pero no dejo que eso me defina.
Las cosas comenzaron a mejorar en el proceso, salí de esa relación tóxica hace más de 3 años, la situación económica tuvo fin, pero lo mejor de todo es que me recuperé, no de la ansiedad, pero YO MISMA me pude querer, comencé por aceptar mi cuerpo, mi salud física y mental. Me puse como prioridad y no he dejado que nadie me mueva de ahí.
Vivir con ansiedad es un camino y como cualquier ruta que tomamos, jamás es lineal, hay subidones o bajadas, pero seguimos luchando todos los días, sabiendo que es un día a la vez. Lo admito, hubo momentos que seguir en este plano terrenal, no era opción, pero me aferre, pedí ayuda y eso me hizo recordar que no soy débil, al contrario, soy inmensamente fuerte por vivir con trastornos mentales. No es fácil. Cada día es diferente.
Sigo tomando medicinas, yendo a terapia, reforcé increíblemente la relación con mi familia, hice más pequeño mi grupo de amigos (aleje a los juzgones) y tengo un compromiso sumamente bonito, empático, libre y amoroso con un chico que se queda en los días en los que no puedo dejar de llorar, temblar o pararme de la cama.
Esta historia no tiene un final feliz, ni siquiera tiene un final, porque esta lucha mental continua, pero te puedo decir que hoy el sol brilla, mañana no lo sé, pero lo que sí tengo seguro es que TODO está y estará bien.
Si estás en este proceso, déjame decirte que no estás solo, si necesitas una mano, aquí estoy para acompañarnos juntos (sin importar en donde te encuentres) en este camino. Lo estás haciendo extraordinario.
ERES VALIOSO, FUERTE, INCREÍBLE Y SUMAMENTE IMPORTANT POR EL SIMPLE HECHO DE SER TÚ. ERES MAGIA Y EL MUNDO ES UN LUGAR BONITO GRACIAS A TI.
¡Viva el mundo de los locos!