Como tratar el tema del consumismo con nuestros niños
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Los niños actualmente se convierten en consumidores desde muy pequeños. ¿Cómo enseñarles el valor de los objetos? Este artículo te ayuda a crear una conciencia del consumo a través del diálogo
Ciudad de México. Los niños cada día demandan más y más cosas. No sólo juguetes, sino también objetos electrónicos. El deseo de consumir aquellas cosas que tienen sus padres o sus amigos es moneda corriente, puede ser desde un juego de cartas con su personaje favorito, un celular o una Tablet, entre otros. La cuestión es saciar un gusto. A ello le sumamos las publicidades que circulan por diferentes medios, un continuo llamamiento al que nuestros hijos no hacen oídos sordos. Se les ofrece algo y acuden de inmediato a nosotros para obtener aquello que desean.
He aquí la oportunidad para acercarnos a ellos, para enseñarles el valor de las cosas, de cómo obtenerlas y de decidir si son realmente acordes a su edad. La solución es el diálogo y el incentivo de la creatividad familiar. Estos recursos nos ayudan en múltiples propósitos: a fortalecer el vínculo entre padres e hijos, a economizar y a reciclar. ¿Cómo lograrlo? Aquí te comparto algunos consejos:
Prepárate para establecer momentos de diálogo
Cuando se pronuncie el primer pedido, puedes indagar el porqué, y cuánto apreciaría tener ese objeto. Cuéntale acerca de tu trabajo, de las necesidades básicas y de las secundarias. Ubica el pedido de tu niño/a dentro de ellas. Explicar, hablar y enseñar no siempre es sencillo, y de seguro con esto no conseguiremos que nuestro hijo/a dé un paso atrás en su demanda.
Haz una lista de prioridades
Es fundamental recalcar el valor de las cosas. Para ello puedes reforzar el primer punto con un papel y una lapicera. O bien, con un juego más didáctico: con los apilables sugiere qué objetos son más necesarios y cuáles no a medida que vayas subiendo en la escala. Así el tiempo de explicación se transformará también en uno de juego.
Busca que puedan pensar juntos
Un as bajo la manga es iniciar, juntos, otra actividad. Esta vez para conseguir lo que el niño quiere. Por ejemplo, si desea una casa en el árbol o una carpa, pueden inventarse una con cajas de cartón, o bien con sábanas juntando sillas. Así hay miles de ejemplos, de paso la creatividad se pone en juego, no solo la de tus hijos, sino la tuya también. Reciclar es la clave, reutilizando objetos del hogar u otros.
Salgan a caminar juntos. Observen y aprendan
Si vas a comprarle a tu hijo eso que quiere, es importante que ello sirva también como enseñanza, recorran comercios, dialoguen sobre los precios, sobre el valor de las cosas (sí, otra vez), de la importancia de lo material y de los afectos. Durante la caminata observen a su alrededor, no solo las publicidades estimulan nuestro cerebro, también pueden hacerlo diferentes objetos, como una simple caja o una percha tirada. Acude a tu hijo con un juego simple: encuentra en cada objeto una utilidad lúdica, por ejemplo preguntando ¿qué harías con esa caja?; o proponiendo ¡si a esa percha le agregamos un elástico tendríamos un arco perfecto! ¡Mira esas cajitas tan chiquitas, si las apilamos podríamos armar una ciudad entera para recorrer con tus autitos o para que allí vivan tus muñecas! los niños inmediatamente también se lucirán con sus propuestas, es un ejercicio de lo más valioso y divertido.
Fomenta el valor del ahorro
Si tu niño ronda la edad de los ocho años en adelante, ya puede entender el beneficio de juntar unas monedas para alcanzar un objetivo. Una alcancía es el primer paso para poder ahorrar un dinero. Pues bien, armen una con una botella o caja (con su construcción alientas el reciclaje y la creatividad). Pueden armar una pequeña ecuación de cuánto deberá ahorrar por día o por semana, para llegar a juntar la cantidad que necesita. O bien, simplemente asegurarle que en algún momento lo que junte le servirá para adquirir lo que desee, y que ponga ganas a hacerlo, que es la manera de lograr cumplir una meta.
Enséñale que cada objeto tiene su momento de uso y debut en nuestras vidas
Así es, a cada edad le corresponde un juguete u objeto determinado. Esto permite el correcto desarrollo de los niños, para estimular sus capacidades motoras, cognitivas y afectivas de acuerdo a la edad que tenga tu hijo. Parece prohibitivo, pero no, se trata de establecer que hay un tiempo para una patineta, celular o un juego de masas. Esto debes explicarle una y otra vez a tu hijo/a. Asegúrate de explicarle el por qué. Una manera es mirando a su alrededor, que descubra que sólo los adultos utilizan medios electrónicos porque les son necesarios para su trabajo o comunicación diaria. Y que como menor son otros los juguetes que podrían ayudarlo a crecer y ser algún día un adulto responsable como mamá y papá.
Toda esta enseñanza sobre lo material, a través del diálogo, de la creatividad y del tiempo compartido tiene que ver con los valores que queremos transmitir a nuestros hijos, y de los deseos que tenemos como padres para ellos: que crezcan libres, sanos, reflexivos sobre las cuestiones que lo rodean, con valores, con moral, amando a los que tienen y lo que tienen.