Estrés y nutrición, enemigos vinculados
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El estrés puede afectar a la conducta alimentaria de las personas
El Abecedario de la Nutrición de “El Bisturí” aterriza en la letra “E” y analiza el estrés en relación directa con la nutrición. Afecta a la conducta alimentaria de dos maneras: hay a quien se le va el apetito y a quien le entran muchas ganas de comer. El ritmo de vida acelerado de hoy en día, nos lleva a la nueva tendencia de saltarnos el desayuno, un error grave ligado a la obesidad.
En su sección de “El Bisturí”, Anabel Aragón, responsable de salud y nutrición de Nestlé, trata con la letra “E” las emociones, el estrés y cómo afectan a la nutrición.
“El estrés puede afectar a la conducta alimentaria de las personas, lo experimentamos cuando ocurre algo interno (preocupaciones) o externo (a causa de exceso de ruido, trabajo, contaminación, etc) que altera nuestro equilibrio”, explica la experta.
El estrés hace que se nos vaya el apetito, o que nos dé por comer mucho de repente. “Suelen apetecer alimentos de alto contenido calórico, ricos en azúcar, sal y grasas como por ejemplo las galletas. El estrés y las emociones pueden afectar de una forma determinante a la conducta alimentaria de las personas, y a unas más que a otras”, señala Anabel Aragón.
ALIMENTACIÓN QUE COMBATE EL ESTRÉS
Llevar una alimentación saludable y regular puede contribuir a que el organismo acabe con alguno de los efectos negativos del estrés.
“Cuando tenemos largos periodos de estrés es necesario reforzar el sistema inmunitario tomando más alimentos ricos en betacarotenos, precursor de la vitamina A, zanahorias y verduras de color verde oscuro y frutas sobre todo las de color amarillo y naranja”, sentencia la especialista.
Problemas nuevos estilos de vida
Debido al ritmo de vida que llevamos hoy en día, la alimentación también gira en torno a la rapidez con la que vivimos. “Nos lleva a comer muy rápido, a saltarnos el desayuno y a cenar más abundantemente de lo que toca”, comenta la experta.
Con ello “las necesidades nutritivas se satisfacen de forma inadecuada desde el punto de vista calórico y nutritivo”, además muchas “personas con estrés se saltan el desayuno” y toman muchas bebidas con cafeína para poder aguantar y luego “comen en muy poco tiempo en el trabajo una con una comida que en muchas ocasiones no llega a cubrir los requerimientos nutricionales”.
Tras este patrón, en las cenas, aclara Anabel Aragón, se trata de “compensar y suelen ser abundantes y en exceso”, con lo cual se sobrecarga al cuerpo justo a la hora de dormir, que es cuando tiene que descansar.