Gomitas de kiwi para combatir desnutrición infantil y otros alimentos innovadores
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Alumnos del IPN crearon también un suplemento para reducir el colesterol y que a la vez ofrece nutrientes
La producción de alimentos innovadores es un trabajo al que por más de seis años se han dedicado alumnos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), entre los que destacan las gomitas de cáscara de kiwi y un suplemento para reducir el colesterol, los cuales podrían combatir enfermedades.
Los estudiantes pretenden con estos alimentos ayudar a la población mexicana debido a que aportan nutrientes a bajo costo, señaló la profesora de la licenciatura de Nutrición, Betzabeth Antonia Pineda Quintanar.
Los jóvenes visitaron comunidades aledañas al Distrito Federal y de los estados de Morelos y México con el fin de valorar la situación nutricional de los habitantes, entre otros índices de salud pública, dijo la nutrióloga en una entrevista.
Una de las problemáticas que detectaron es la desnutrición, por lo que se organizaron en equipos para desarrollar alimentos para combatir esta condición, resaltó la académica del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud (CICS), Unidad Milpa Alta
Es el caso de las gomitas Kiwas, elaboradas con pulpa y cáscara de kiwi, contienen cantidades importantes de vitamina E y ácido fólico que las hace una alternativa nutritiva, sobre todo para niños con anemia y embarazadas, dijo la académica.
Las estudiantes Yolanda Cabello Rocha, Lina Ceciliano Granados y Paola Morales Alvarado explicaron que la vitamina E es un antioxidante que evita la destrucción de los glóbulos rojos, lo que podría servir para tratar y prevenir la anemia.
Dijeron que aunque esta vitamina se encuentra en diversos alimentos como el aguacate, la mantequilla, los pistaches y los cacahuates, contienen grasa que no permiten al organismo metabolizar la vitamina.
Por ello, los jóvenes se dieron a la tarea de crear un alimento que garantice la absorción de este nutriente en el cuerpo y que al ser una golosina, facilite el que los niños ingieran hasta cuatro porciones al día para combatir la anemia.
Para las personas que no presenten desnutrición, se recomienda máximo dos gomitas al día, puntualizaron las alumnas, quienes agregaron que el producto es natural, ya que no cuenta con conservadores, colorantes, ni se le añadió azúcar.
Las gomitas además aportan vitamina C, fósforo y hierro, y pueden durar hasta tres meses en refrigeración para evitar que la fruta, que contienen las golosinas, se oxide, explicaron las creadoras.
En tanto, el suplemento alimenticio llamado Prosoma elaborado a base de amaranto, soya y arándano, tiene proteína de alto valor nutrimental por la combinación de cereales y legumbres.
“No le ponemos nada artificial, no tiene aditivos químicos”, subrayaron Andrea Judith Félix Palacios, César Ramírez Arrioja, Eva Yazmín Fuerte Sierra y Ana Luisa Reyes Ramos.
Los estudiantes comentaron que una de las ventajas del suplemento es su versatilidad, debido a que es un polvo que puede agregarse a la fruta como si fuera granola, disolverse en leche, o bien, en licuados.
“Tiene vitamina B1, B2, B3, B9 y B12. Minerales tiene calcio, fósforo, zinc, magnesio”, puntualizaron.
Dijeron que los niños podrían tomar 20 gramos que equivalen a poco más de una cucharada y los adultos 34 gramos que serían poco más de dos cucharadas.
Otro de los beneficios de este suplemento es que contiene proteína con la que se puede aumentar el tono muscular, así que también lo pueden usar deportistas, comentaron los alumnos.
Además, el complemento reduce el colesterol y es benéfico para prevenir la osteoporosis por las propiedades nutritivas de la soya y el amaranto.
Los productos, cuyo costo podría oscilar entre los 35 y 38 pesos, se sometieron a pruebas químicas, microbiológicas y de conservación, las cuales descartaron la presencia de hongos y bacterias como E coli.
A pesar de que los jóvenes llevan capacitación en formación de emprendedores, muchos de los productos que garantizan su efectividad e inocuidad aún no se comercializan debido a que muy pocos alumnos registran y patentan sus creaciones, reconoció Pineda Quintanar.
Consideró que se podría animar a los jóvenes a registrar sus creaciones con establecimientos en la escuela, en los que los alumnos que cumplieran con todo el proceso pudieran vender sus productos y así contribuir de manera significativa con la sociedad.