‘Hepeating’ o cuando un hombre se lleva el crédito de una mujer, ¿lo reconoces?
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¿Cuántas veces las mujeres dan su opinión, pero es robada por los hombres; apropiándose de ella y de los aplausos?
En los procesos de deconstrucción y “ponerse las gafas” del feminismo, muchas mujeres, se dan cuenta que prácticas de la vida diaria son machistas.
Y en este viaje se pueden encontrar términos como ‘mansplaining’, ‘manterrupting’ o ‘hepeating, donde la voz de las mujeres pasa a segundo plano, por algo mencionado por un hombre... aunque sea lo mismo.
“Mis amigas han acuñado un concepto: hepetead. Para cuando una mujer sugiere una idea y es ignorada, pero cuando un hombre la repite todo el mundo la adora”, escribió en Twitter la usuaria Nicole Gugliucci en 2017.
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Es decir, cualquier situación donde la idea, opinión o comentario de una mujer sea pasada por desapercibida, mientras que un hombre en el mismo rubro toma el mismo concepto, pero a este se le alaba y felicita, gran parte de las veces sucede en el ambiente laboral.
Hepeat es la composición lingüística de las palabras: he (él) y repeat (repetir).
De acuerdo con el artículo “From the toxic culture that gave us mansplaining and manterrupting, here comes ... hepeating (De la cultura tóxica que nos dio mansplainig y manterrupting, aquí viene... hepeating) para The Guardian: “Hepeat es tan solo el último de la creciente lista de términos para definir el comportamiento machista, un glosario que comenzó con mansplaining”.
MANSPLAINING, MANTERRUPTING, HEPEATING... ¿QUÉ ES ESO?
Mansplaining es un anglicismo que describe la situación donde un hombre le explica a una mujer algo que ya conoce, y este comentario es mencionado en tono condescendiente o paternalista.
Este término se le atribuye -erróneamente- a la escritora Rebecca Solnit en su ensayo “Los hombre explican cosas”. Pero no fue hasta 2010 que The New York Times, después de que internet la inventara, que fue escogida como la palabra del año.
Y hasta el día de hoy existen gran cantidad de referencias a las situaciones machistas a las que enfrentamos las mujeres, así como algunos hombres, día a día.
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Manterruption, este describe la costumbre masculina de interrumpir de manera innecesaria a una mujer en medio de una explicación.
Manologue, sermonear por parte de un hombre a una mujer solo para exponer sus amplios conocimientos sobre algún tema en cuestión.
Manspreading, la innecesaria costumbre de un hombre al sentarse con las piernas muy abiertas en espacios públicos, como el transporte público.
De acuerdo con el estudio “Gender and the Dynamics of Economics Seminars (Género y la Dinámica en Seminarios de Economía)” de la Universidad de Stanford, se investigó la discriminación de género en seminarios sobre económica de 33 instituciones estadounidenses, llegando a analizar 468 charlas en todo Estados Unidos. ¿El resultado?, los hombres interrumpen mucho más a las mujeres que a otros hombres; así como que se les realiza más preguntas a las mujeres al final de su exposición, las cuales suelen ser hostiles o paternalistas.
Así que no es un invento de las mujeres o del feminismo.
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¿EL HEPEATING ES REAL?
“Todas las mujeres saben de lo que estoy hablando”, escribió Solnit y prosiguió con “es la arrogancia lo que lo hace difícil, en ocasiones, para cualquier mujer en cualquier campo; es la que mantiene a las mujeres alejadas de expresar lo que piensan y de ser escuchadas cuando se atreven a hacerlo; la que sumerge a las mujeres jóvenes en el silencio indicándoles, de la misma manera que lo hace el acoso callejero, que este no es su mundo”. Haciendo que esta dinámica sea más común de lo que pensamos.
Rebecca Solnit explicó para The Guardian que “Si esta palabra nos permitió hablar sobre algo que sucede todo el tiempo, estoy muy contenta de que exista”, quien mencionó que aunque su libro se llame “Los hombres me explican cosas”, los hombres sigue explicándole cosas.
Esto lo hemos visto en películas y series, así como en el arte, la ciencia, la música y muchas más:
Big Eyes, trata la historia de Margaret y Walter Keane, una pareja de pintores en los años 50 y 60 que se representaron por obras de niños con grandes ojos, sin embargo, ella las realizaba y él las firmaba como suyas; el juicio de Margaret para que sus pinturas fueran reconocidas de su autoría es de los más simbólicos en la historia del arte.
Rosalind Franklin le fue quitado de las manos a principios de los años 50 el acceso a su investigación y a su fotografía por rayos X de la doble hélice que compone el ADN por Maurice Wilkins. El proyecto fue presentado a James Watson y Francis Crick, el cual presentaron como propio; en 1962 ganaron el Premio Nobel, pero ella había fallecido cuatro atrás.
RECOMENDACIONES PARA EL HEPEATING
La coach y experta en liderazgo Kristi Hedges escribió para Forbes una serie de acciones en este tipo de casos: reafirmación tajante -responder de manera enérgica con frases que afirmen tu comentario “sí, es exactamente lo que he dicho, gracias”-, uso del sentido del humor para remarcar la situación, y volver a repetir la idea más alto que la última vez, para que se escuche más.
De acuerdo con Julie Eilperin para Washignton Post, fue en la Casa Blanca durante la administración de Barack Obama que una estrategia feminista fue implementada; al inicio de la administración de Obama dos tercios de su gabinete era compuesto por hombre, a lo cual las mujeres tenían que ‘luchar’ para que sus opiniones fueran escuchadas, por lo que implementaron la “amplificación”, cuando una mujer mencionaba un punto clave, otras lo repetían dando el crédito.
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Esto obligó que se reconocieran las contribuciones y se negó la oportunidad de reclamar la idea como propia.
(Con información de El País | Beatriz Serrano)
¿Reconoces el hepeating en tu espacio laboral?