Jabón Rosa Venus: el aroma de los encuentros en motel de México
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Se ha convertido en sinómimo de sexo casual, pero esa no fue la intención de sus creadores
Las idas al motel se convirtieron en un ritual para Alejandro P. y su novia cuando ambos cursaban la universidad. “No teníamos otra opción”, cuenta a Verne el poblano ahora de 39 años. “Los dos vivíamos con nuestros papás y el motel era él único lugar donde podíamos tener intimidad”. Acudieron a más de uno durante sus primeros años de relación. En Puebla la oferta no es limitada. Entre poblanos existe la conjetura de que por cada iglesia en la ciudad hay un motel. “Nos tocó uno con un jacuzzi en medio del cuarto, otro con una cama redonda, que fue bastante incómoda”, recuerda el ingeniero. “Una vez nos tuvimos que ir corriendo porque escuchamos balazos a lo lejos y no sabíamos si la balacera estaba sucediendo en la calle o dentro del motel”.
Aquel susto, sin embargo, no se comparaba con el nerviosismo que Alejandro sentía al regresar a su casa para cenar con su familia. “Mis papás no son tontos y seguro sabían de dónde venía, siempre pensé que el olor a cigarro y a jabón chiquito me iban a delatar”, comenta. “Ese siempre era un problema, porque no puedes no bañarte después de estar en un motel, pero si te bañas con Rosa Venus, todos van a saber de dónde vienes”.
Alejandro comparte ese dilema con más de un mexicano. El fuerte perfume floral de Rosa Venus, uno de los jabones más antiguos y consumidos en México, es una referencia humorística sobre el sexo motelero desde hace más de dos décadas. Los chistes sobre el jabón chiquito y lo que implica oler a él han hecho su transición de las conversaciones de cantina a los memes en redes sociales.
Daniel Jiménez, gerente de la fábrica de Rosa Venus, La Corona en Ecatepec (Estado de México), dice a Verne que los empleados y directores de la compañía han escuchado esa asociación desde hace tres generaciones. “Antes eran comentarios aislados, chismorreos, pero ahora con el internet y las redes se multiplicó”, comenta. “Decir hueles a Rosa Venus es una forma de preguntar ¿qué has hecho?, ¿de dónde vienes? No lo desmentimos o lo desmitificamos porque no es algo que surgió de nosotros. A nosotros nos corresponde hablar sobre las características del jabón al mercado mexicano. La otra es una de muchas facetas del jabón: la folclórica”.
Hay más hogares que huelen a Rosa Venus que los moteles
La Corona, empresa fundada en 1920, es fabricante de algunos de los productos más populares e icónicos de México, como los detergentes Roma y Foca, el aceite 1-2-3, el jabón Zote y Rosa Venus. La producción de este último comenzó en 1950 para ofrecer una opción en un mercado dominado en ese entonces por marcas internacionales, principalmente Colgate. “Sus jabones eran buenos, pero muy caros. La idea de Don Esteban González Padilla (fundador de la empresa) fue lanzar un jabón de tocador bueno, de calidad, pero a precio justo”, dice Jiménez. Una de las ventajas competitivas de Rosa Venus era su falta de envoltura, se vendía en las tiendas dentro de peceras.
La primera presentación de Rosa Venus oscilaba entre los 20 y 30 gramos (el jabón de tocador promedio es de 100 gramos). El precio y el tamaño de Rosa Venus fue lo que atrajo al sector hotelero desde el inicio de su producción. “Me imagino que la lógica fue este cuesta 50 centavos, el que yo compro me cuesta lo mismo pero está envuelto y es la mitad”, comenta Jiménez, gerente de jabonería en La Corona. “Fue ahí donde comenzó la penetración en el sector hotelero”.
Sin embargo, los hoteles no son los principales consumidores de Rosa Venus. De las 400.000 piezas que se fabrican a diario, solo el 15% se vende a este sector, mientras que el 85% es consumido en los hogares. Por esta razón, la producción del jaboncito de 25 gramos, el de los moteles, solo representa menos del 15% de la fabricación total. Rosa Venus tiene cinco tamaños 25, 50, 100, 150 y 200 gramos, y tres colores: rosa, blanco y antibacterial. La fragancia floral del primero es la más conocida, la cual es elaborada por un proveedor externo. La fórmula no ha cambiado desde los cincuenta.
Reina C. es la dueña de un motel en Estado de México. Ella comenta a Verne de que desde que abrió el establecimiento hace cinco años ofrecía Rosa Venus en sus habitaciones. “Hacer uno con la etiqueta del hotel era demasiado costoso, por eso decidí comprar paquetes de Rosa Venus de 100 jabones por 100 pesos, porque me resultaba muy económico”, comenta vía telefónica.
La empresaria asegura que ella nunca recibió quejas sobre el jabón, pero dejó de comprarlo desde mediados del 2016. “Dejé de encontrar los paquetes en las tiendas y me di cuenta de que me salía muy caro que la gente usara la barra una vez y tenía que tirarla a la basura”, explica. “Opté por usar dosificadores de jabón líquido, la gente al principio se quejaba, pero creo que se están acostumbrando”. Reina asegura que la asociación del Rosa Venus con el sexo nunca le molestaron. “Siempre pensé que el nombre tenía que ver con ese canal de adultos Venus”.
Jiménez, de La Corona, dice que en la empresa desconocen el origen exacto del nombre, pero que no tiene relación con el erotismo. “Creo que fue una decisión fonética y no tanto por su significado. Don Esteban era muy intuitivo y creo que él pensaba que había una relación entre la idea de la limpieza y de lo floral, con lo femenino. Claro que las ideas y conceptos han cambiado, por esa razón tenemos una oferta más amplia de jabones con distintas fragancias”.
La Corona incluso vende el jabón Tersso al sector hotelero, una marca menos conocida que el Rosa Venus y sin una reputación entre los mexicanos. “Uno pensaría que este sería muy atractivo para aquellos hoteles que tienen inquietudes de ofrecer Rosa Venus en sus habitaciones, pero la realidad es que Rosa Venus sigue vendiéndose más que el otro. Los hoteles lo siguen pidiendo”, apunta. “Creo que si realmente lo de la imagen fuera un problema, los hoteles lo dejarían de pedir por completo”. En 2016 La Corona vendió 60 millones de piezas de Rosa Venus de 25 gramos. Verne buscó a la Asociación Mexicana de Hoteles y Moteles, para pedirle su opinión al respecto, pero no ha recibido respuesta.
El jabón de la doble moral
“Hueles a jabón chiquito, hueles a Rosa Venus”. Esa frase la ha escuchado la sexóloga Alessia Di Bari decenas de veces en su consultorio. “Algunos de mis pacientes me cuentan que vienen llegando del motel y que por eso huelen al jabón”, cuenta a Verne en entrevista telefónica. Di Bari dice que la frase y los chistes usualmente surgen el 13 de febrero. “Los moteles se llenan ese día mucho más que el mero 14. Se le conoce como el Día del Amante, y claro, normalmente, te llevas a un motel a tu amante, porque quieres mantenerlo en secreto”.
El folclor alrededor de Rosa Venus refleja mucho de la sexualidad mexicana, asegura la también terapeuta de pareja. “Tiene una connotación jocosa y festiva, habla mucho de cómo los mexicanos no tomamos todo con humor, hasta asuntos como la infidelidad”, dice. “Pero el que Rosa Venus se utilice para hablar entre líneas sobre el sexo casual también está relacionado con esa doble moral del mexicano, por un lado presume de ser muy recatado, pero a escondidas hace todo lo contrario. Esto es consecuencia de los tabúes que persisten sobre hablar de la sexualidad abiertamente”.
Jiménez, de La Corona, tiene una carpeta en la computadora de su oficina con memes, chistes y todas las referencias que encuentra sobre Rosa Venus. “No lo vemos como una ventaja en nuestro negocio, es simplemente algo humorístico que incluso nosotros mismos adoptamos. A veces hacemos chistes de que el día que programamos la producción de Rosa Venus los trabajadores se ponen más cariñosos entre ellos. Es un torrente que no podemos detener y no pretendemos hacerlo. Yo quiero pensar que habrá más memes de Rosa Venus que de Cupido este 14 de febrero”. En años recientes, el gerente recibe varios correos de desconocidos que felicitan a la empresa este día por haber creado el jabón más popular de San Valentín.