‘La carrera de artista es una carrera de obstáculos toda tu vida’: Alfredo De Stéfano
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El fotógrafo monclovense fue galardonado con el Premio Quién 2017, con el que se reconoce a los 50 personajes que transforman México
Hace unos días fue entregado el Premio Quién 2017 en una ceremonia de gala en la Ciudad de México y este año se renombraron las categorías en que agruparon a los ganadores.
Al principio solo había cinco: Promesas (los jóvenes que empiezan a abrirse camino en su campo de acción), Reconocimiento (los que ya son un referente en su medio), Trayectoria (los que tienen una carrera más que sólida), Hecho en México (los que ponen en alto el nombre de nuestro país en el extranjero) y la categoría In Memoriam (los que con su partida nos dejan un gran legado), sin embargo luego del sismo del 19 de septiembre, surgió una categoría más al ver la solidadaridad con la que los mexicanos se esforzaban durante la crisis a la que se le nombró como Todos Somos Uno.
Sin embargo, el fotógrafo monclovense Alfredo De Stéfano fue el galardonado al recibir el premio por su trayectoria al apoyar a jóvenes méxicanos con diversas iniciativas, y en EXCLUSIVA, platicó con VANGUARDIA sobre su trabajo y el proyecto en el que actualmente está enfocado.
¿Cómo se enamoró de la fotografía? Pues hace muchos años cuando estaba en la Universidad, estudiando Comunicación. Soy la primera generación de la carrera de Comunicación, y allí entre las clases que tenía era la de fotografía y me gustó, y poco a poco fui metiéndome más en el mundo de la fotografía cuando terminé de graduarme hasta que me convertí en un profesional y en un artista de esa disciplina.
¿Cómo se prepara para capturar un instante de la vida mediante la fotografía? El instante es una cuestión relativa que lo mío son horas de estar en el desierto, por lo menos lo que tiene que ver con mi obra, estar en el desierto esperando la luz adecuada, la intervención que hago en el espacio. Entonces, el instante puede ser en el click de la cámara, pero esa es la parte mecánica de la fotografía, lo más importante es donde mucha gente se confunde dice ‘la fotografía es un click y ya’ y ese no es el concepto, y eso toma mucho tiempo. Para mí planear una fotografía me toma a veces meses, semanas u horas. Estar en el desierto es lo que a mí más me emociona y me llena de satisfacción.
Anteriormente la gente pensaba en el desierto como una zona infértil, sin embargo es un hábitat lleno de vitalidad, ¿con qué parte de esa vitalidad se identifica usted como fotógrafo? Si hacemos una relación, una analogía de por qué me siento tan bien en el desierto, es por que me identifico tanto con esas especies de flora y de fauna que existen allí, que sobreviven en ese estado de aridez y de condiciones extremas, eso me identifica y son lecciones de vida y de sobreviviencia en ese espacio. Hay un cliché que el desierto es un lugar árido y sin vida, pero hablando particularmente del Desierto chihuahuense, aquí es donde entra Coahuila, hay más biodiversidad en ese desierto que en todo Canadá. Mi cámara va más allá de eso, también dialoga con la vida, la muerte, dialoga con el pasado, con nuestra relación con el desierto, me la paso haciendo metáforas.
¿El discurso que usted utiliza en su obra es ese, la relación del hombre con el desierto o el desierto como entidad autónoma? Mi obra tiene diferentes lecturas, eso nuestra relación con el desierto como seres humanos, pero también el desierto en sí mismo, el planeta en sí mismo, la naturaleza. Hago metáforas entre la vida y la muerte, voy, vengo sobre lo que sucede en el desierto, dialogo con el espacio, esto tiene que ver con una visión antropólógica de lo que sucedió en ese lugar, comunidades que habitaron o habitan el espacio; en otras ocasiones es lo que sucedió en ese lugar hace 70 millones de años, una cuestión meramente geológica, paleontológica y a veces es yo, una reflexión de mí mismo, entonces uno trata de decir algo o contar una historia en la fotografía, pero al final como una película puede tener diversas interpretaciones cuando están expuestas, el público es el que lo puede interpretar diferente.
¿Hace cuántos años fotografía el desierto? ¿Cree que la fotografía con fines ambientales se haya vuelto una moda? Tengo más de 20 años fotografiando el desierto, y no nada más fotografiando los desiertos mexicanos que son tres. Fotografío y viajo a los desiertos del planeta, digamos que conozco práctimente todos. No es que sea una moda, poco a poco y muy lento realmente, hemos tenido conciencia de lo que estamos provocando como seres humanos a la devastación del planeta, somos en realidad la peor plaga. Entre más inteligentes y más tecnología tenemos, más destructivos somos.
¿Tendrá alguna exposición en próximas fechas? Siempre tengo o participo. Este año me han invitado pero no he aceptado. La única que tuve hace un par de meses fue en Tailandia, pero estoy terminando un proyecto muy ambicioso que llevo desde hace ya varios años que se llama ‘Tormenta de Luz’, que es todos los desiertos del mundo, falta poco entonces no he querido hacer una gran exposición todavía. Quiero que esté todo terminado, he estado en ferias de arte en las galerías que me representan y obviamente tienen exhibiciones colectivas, y sí tengo piezas tanto en México como en el extranjero, pero no he querido hacer la gran exposición de este proyecto.
¿Cuánto le falta para finalizar el proyecto? Faltan dos grandes desiertos a los que voy a regresar, por que estoy rodando un largometraje documental, entonces es un proyecto parelelo fotográfico con una película y eso ha elevado mucho los costos. Tengo que regresar a Australia y tengro que regresar a Namibia, y ya espero poderlo hacer el próximo año. Este año nada más trabajé, filmamos y fotografié en Arizona, Utha y Nuevo México, en la parte sur de Estados Unidos que también son parte del proyecto, pero ya he estado en el Sahara tres veces, en Namibia, a donde voy a regresar; a Atacama, en Chile, un par de veces; en Nazca, en Perú; el Thar en la India; el Gobi, en Mongolia.
¿Cuántas personas trabajan en su equipo? Cuando yo voy a este tipo de viajes, va el director del documental, un sonidista, y el resto del equipo lo contrato en cada lugar. Un guía, si se requiere un traductor, el vehículo, terminamos cuatro personas, un equipo muy compacto. A mí no me gusta trabajar con tanta gente, prefiero un equipo muy compacto, llevo un programa ya preestablecido, pero en esos lugares que no conozco, cambio de planes por que encuentro algo que me gustó mucho, me tengo que detener, y hay que quedarse un día más, se vuelve impredecible.
¿Cómo sucedió lo de ‘Quién’? Es una buena pregunta, por que yo tampoco lo sé. Yo recibí la noticia hace un mes y medio, una carta formal donde me daban ese reconocimiento. Hay un comité que cada año cambia. No sé cómo llegó mi nombre allí, cómo trascendió.
¿Cómo ha repercutido el premio en su carrera? No lo sé, la ceremonia fue hace un par de días, lo estoy digiriendo, he recibido muchas felicitaciones, he sido ganador de becas por parte del Sistema Nacional de Creadores, he recibido premio en Japón, he recibido menciones, pero siempre han sido fuera. El único estado que no me apoya es mi estado. Aquí he tocado puertas tanto en iniciativa privada como en gobierno que poyen mi proyecto, mi película, nada. Todo lo que he construido fuera. Desafortunadamente es un gran estado, hay gente maravillosa, pero hay muy poca vocación por la filantropía, por ayudar desinteresadamente. Por eso estamos muy rezagados, aunque digan que no, como sociedad somos una sociedad egoísta. Cada quien ve por su propio interés, les gusta aplaudirse a sí mismos.
El fotógrafo sin embargo no queda satisfecho a pesar de los importantes reconocimientos y premios que ha recibido.
por su obra o su trayectoria, incluso tiene muy claro que el artista que replica la fórmula de creación por que funciona, corre el riesgo de que se olviden de él. En cambio si genera proyectos, expone y que otros críticos y curadores reseñen su trabajo lo mantienen en vigencia y con una gran lucidez creativa. Una carrera interminable la del artista que aunque haya que sortear obstáculos le genera también una ambición en su proyecto personal para que su obra vaya escalando niveles más altas, que se exponga en galerías de prestigio o en colecciones privadas.