Lleva el Wabi-sabi a tu hogar para crear un ambiente cálido y relajado

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Esta idea estética surge en oriente y se relaciona con espacios que apuestan por lo natural para ayudar a la paz mental y al equilibrio emocional
No hay una traducción precisa para el Wabi-sabi, una idea estética oriental que con los años ha llegado a occidente como un estilo de decoración, pero también como una forma de ver la vida.
Wabi-sabi es un término que se originó en el taoísmo durante la dinastía Song en China (960 -1279) y después se transmitió al budismo zen.
Wabi significa, en términos generales, “la elegante belleza de la humilde simplicidad”, mientras que sabi se puede traducir como “el paso del tiempo y el subsiguiente deterioro”. Al combinarse los dos términos se creó un sentido fundamental para la cultura japonesa.
“Wabi-sabi deja algo sin terminar o incompleto para el juego de la imaginación”, explicó a BBC News Tanehisa Otabe, profesor del Instituto de Estética de la Universidad de Tokio. El experto señala que en un principio el término hacía referencia a objetos austeros, pero en la actualidad se refiere a la aceptación de lo natural y la belleza de lo imperfecto.

El catedrático refiere que apreciar algo considerado como wabi-sabi logra tres cosas: la conciencia de que hay fuerzas naturales involucradas en la creación de la pieza, la aceptación del poder de la naturaleza, y abandonar la creencia de que estamos separados de nuestro entorno.
Las piezas hechas a mano, particularmente de arcilla o cerámica, forman parte del Wabi-sabi, y se aprecian justo porque no pueden ser perfectas. Tazas, recipientes, floreros, adquieren distinción por detalles como los patrones caprichosos que crean las temperaturas extremas que se necesitan para elaborar las piezas, las muescas, las pequeñas grietas.
Asociado con Wabi-sabi se encuentra el kintsugi, un método para reparar la cerámica rota con oro o laca. El proceso busca resaltar, en lugar de ocultar, las grietas y los puntos donde se quebró el objeto, para convertirse también en parte de la pieza.
De acuerdo con Architectural Digest, cuando se usa este estilo en la decoración se destacan los materiales en su versión más real y honesta. Suele utilizarse en espacios minimalistas, pero le agrega calidez a través de materiales rústicos y objetos que cuentan una historia.
Así que se pueden rescatar piezas como la máquina de coser de la abuela para transformarla en una mesita, o el juego de té que nos heredó nuestra madre y que lleva varias generaciones en la familia.
Para los expertos de AD hay varias claves que se tienen que tomar en cuenta para tener un hogar al estilo Wabi-sabi.

Celebra las imperfecciones
Es importante recordar que la naturaleza, con sus bellas imperfecciones, es esencial para el Wabi-sabi. Los objetos que muestren su historia a través de grietas, oxidación, marcas del clima y del paso del tiempo son bienvenidos en la decoración. Se pueden utilizar jarrones antiguos, vasijas, cestos y piezas con esta descripción.
Materiales naturales
Lo esencial es dejar de lado el plástico y el metal para centrarse en materiales como la madera, textiles como el algodón, yute o lino, así como piezas creadas con cerámica, barro, piedra o mármol.

Estética minimalista
Es importante recordar que éste es un estilo inspirado en Japón, donde la exageración y la opulencia no son apreciados. Lo importante es crear un espacio acogedor con lo esencial. Este tipo de decoración se centra en los pequeños detalles y encuentra valor en lo que está hecho con las manos.
Colores de la naturaleza
La nostalgia por lo natural define este estilo, de ahí que se prefieran colores neutros como beiges, grises y terracota. La recomendación de AD es usar estas tonalidades en muros completos con texturas rugosas y alejarnos de los colores vibrantes que rompen por completo con la línea decorativa.